La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, realizó hoy un simbólico traspaso de poderes con su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, cuyo país acogerá el Mundial de 2018.
Poco antes de la disputa de la final, que ganó Alemania a Argentina gracias a un gol de Mario Gotze en el minuto 113, Rousseff y Putin se reunieron en el interior del estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde se jugó la final, junto al presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
"La Copa del Mundo de Brasil representó un mensaje muy especial, un mensaje de unión, conectando a las personas, un mensaje de paz y antidiscriminación", dijo el presidente de la FIFA.
Blatter dijo que "la Copa del Mundo de 2014 fue un éxito y ciertamente veremos el legado en este país. Al mismo tiempo, la responsabilidad ahora es del próximo país-sede y estoy convencido de que Rusia va asumir esa responsabilidad y también organizará una maravillosa Copa del Mundo en 2018".
Por su parte, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo que el país sudamericano está muy orgulloso "de haber sido una vez más el palco de la mayor celebración del mundo del fútbol".
"En los últimos 30 días, el mundo estuvo conectado a Brasil, celebrando goles con mucha emoción en las doce 12 sedes y haciendo de ésta la Copa de las Copas", indicó.
"Quiero felicitar a la presidenta Dilma Rousseff por la forma de cómo se organizó el trabajo", aseguró por su parte Putin, que afirmó que el fútbol "ayuda a mejorar los problemas sociales".