El canciller de Uruguay, Luis Almagro, confirmó hoy que su país espera explicaciones del gobierno de Argentina ante el anuncio de la proyectada construcción de un nuevo canal de navegación en el Río de la Plata.
"Esto es una medida unilateral. Hemos presentado 47 preguntas técnicas que ameritan ser aclaradas", destacó Almagro en declaraciones al canal 4 de la televisión local.
La obra argentina estará en aguas de uso común, pero apunta a facilitar el acceso a los puertos de Bahía Blanca y Quequen en el sur del vecino país, afectando la operativa del puerto de Montevideo.
Almagro negó que Uruguay haya autorizado en 2006 la construcción de un nuevo canal, como argumenta Argentina, y aclaró que se dio el consentimiento para la profundización de uno existente.
"Las condiciones que se habían puesto en su momento, incluso para esa profundización de la traza del Canal del Indio, no se han cumplido hasta ahora", sostuvo.
Mencionó entre varios incumplimientos el dragado del canal de acceso al Puerto de Montevideo a 14 metros y la coparticipación en la administración del Canal del Indio.
Sobre la relación bilateral con Argentina, Almagro puntualizó que "todas las instancias" están funcionando.
Consultado sobre las declaraciones de su par argentino, Héctor Timerman, de que revisaría uno por uno los puntos de la agenda bilateral, Almagro señaló que el mismo Timerman "lo desmintió".
Tenemos episodios históricos en la relación bilateral de "altos y bajos de Uruguay", reflexionó Almagro.
"Hemos fortalecido el interés nacional, hemos fortalecido las posibilidades de navegación y hemos fortalecido las posibilidades comerciales de ambos países", afirmó.
El gobierno argentino ya convocó a una licitación internacional para la construcción del canal "Magdalena" con una inversión de 306 millones de dólares estadounidenses.
La operativa del puerto de la capital uruguaya se ha visto afectada por la medida argentina de prohibir el transbordo de sus cargas en puertos uruguayos desde noviembre pasado.
Para Uruguay, esa resolución es una represalia por la autorización en octubre a aumentar la producción a la planta de celulosa de UPM, instalada sobre el limítrofe río Uruguay, que resiste Argentina.