SANTIAGO, 15 jul (Xinhua) -- La actual gira del presidente chino, Xi Jinping, por América Latina, que incluye a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba, así como la que realizó en 2013 por Trinidad y Tobago, Costa Rica y México "es una muestra clara de que la relación entre China y América Latina surca nuevas aguas".
Así lo valora Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un artículo difundido hoy por el servicio informativo de esa institución, de la que China es miembro.
Recuerda que la relación sino-latinoamericana ha tenido como marco al Pacífico, un puente entre ambas regiones, que ha sido testigo del intercambio comercial y la presencia de miles de chinos que trabajaron en la construcción de canales y ferrocarriles, plantaciones de azúcar y minas de guano y salitre.
"La presencia china ha dejado huellas profundas en nuestra cultura, desde las artes culinarias hasta el paisaje urbano. Hay barrios chinos en muchas de las grandes ciudades de nuestro continente, y la influencia de notables personalidades de ascendencia china se ha hecho notar en la academia, las artes y el servicio público", afirma.
Comenta que "en la actualidad, el Pacífico sigue siendo una ruta del comercio, pero a una escala inédita, porque hoy más del 40 por ciento del intercambio global de mercancías cruza sus aguas".
Afirma que desde el año 2000, "el intercambio comercial entre China y América Latina ha crecido a una impresionante tasa del 23 por ciento. China es hoy el primer destino de las exportaciones de Brasil, Chile y Perú y su economía consume el 40 por ciento del cobre que se exporta en el mundo, un 47 por ciento del hierro y un 53 por ciento de la soja".
A su juicio, uno de los motores de la demanda china por materias primas ha sido su rápida urbanización, a una escala sin precedentes. "En los últimos 35 años, más de 560 millones de personas han pasado del campo a las ciudades, casi el equivalente a toda la población de América Latina", precisa.
Moreno menciona el plan nacional de urbanización de China, cuyo objetivo es elevar la población urbana al 60 por ciento del total para el año 2020.
"Eso implica un aumento de 100 millones de personas que vivirán en ciudades: más gente que la suma de la población de Lima, Sao Paulo, Ciudad de México, Buenos Aires, Río de Janeiro, Bogotá y Santiago. La inversión estimada es de 6,8 billones de dólares en todo tipo de infraestructura urbana", añade.
El directivo del BID destaca que "esta decisión representa una oportunidad enorme para América Latina" porque la masiva inversión en infraestructura se traducirá en una demanda constante de muchas materias primas latinoamericanas.
También "porque el aumento del poder adquisitivo de las familias chinas urbanas abre la posibilidad de diversificar nuestras exportaciones a productos de mayor valor agregado".
En su opinión, "esta nueva visita del presidente Xi también indica que la relación entre China y América Latina dejará de ser exclusivamente comercial".
Explica que hoy el camino hacia el desarrollo sostenible pasa por el conocimiento, la innovación, la protección del medio ambiente, la mejora educativa e institucional, más allá de la necesidad de grandes inversiones en infraestructura.
"El primer puente entre China y América Latina fue el comercio. El desafío actual es mayor: debemos construir un puente para las ideas", puntualiza.
Recuerda que el BID tiene la vocación y la experiencia para canalizar ese diálogo y menciona la Cumbre China-América Latina de Políticas y Conocimiento, que esta semana auspicia el BID en Lima.
Allí se reunirán los ministros de Vivienda de Brasil, Chile, Ecuador y Perú con autoridades del gobierno y académicos de China "para fomentar el intercambio en un tema vital para nuestras sociedades: la expansión urbana".
A juicio de Moreno "tenemos muchos desafíos en común: para el año 2020, tanto en China como en nuestra región habrá siete megalópolis con más de 10 millones de habitantes".
Reconoce que "tenemos muchas experiencias por compartir: América Latina tiene lecciones que sacar de la cooperación público-privada y de la planificación nacional china, que coordina el crecimiento de las ciudades con el desarrollo productivo".
También sugiere que "China podría aprovechar algunas de las soluciones innovadoras que hemos aplicado en temas como la protección social, los sistemas de transporte urbano o el mejoramiento de barrios".
Además, espera que "este diálogo sea un paso más en el camino hacia una cooperación más plena entre dos regiones con una historia de encuentros".
Por último, resalta que de esa manera "el Pacífico será más que una vía de navegación para buques de carga: será un puente para intercambiar ideas. Y gracias a este tipo de infraestructura lograremos acortar la distancia que nos separa del desarrollo".