ESPECIAL: Hugo Chávez y su paso a la inmortalidad |
CARACAS, 28 jul (Xinhua) -- El Cuartel de la Montaña es un lugar sencillo, igual que el barrio que lo acoge donde miles de venezolanos custodian a quien fuera, es y será su máximo líder.
Una construcción que otrora simbolizaba el inicio de una nueva era para los habitantes de este lado del mundo y que es hoy recinto de reposo eterno del comandante Hugo Chávez, uno de los hombres más admirados, respetados y seguidos de la historia contemporánea.
Un ser que este lunes 28 de julio celebraría su 60 cumpleaños, con su alegría característica y el compromiso que lo definió como dirigente político y militar latinoamericano.
Para rendirle merecido homenaje, recordar su vida y obra e incluso reafirmarle su lealtad, acuden diariamente cientos de personas al Cuartel de la Montaña, como si se tratara de un "Templo Sagrado" o un lugar de meditación de obligatoria visita para encontrar el equilibrio y el faro hacia el futuro.
Así lo definen algunas de las personas que han decidido subir esta jornada a la última morada de Hugo Chávez, un hombre que trascendió el tiempo y la historia, legando una de las conquistas más anheladas por los pueblos que aún hoy viven la dominación y el olvido: otro mundo mejor sí es posible, se está construyendo.
Lágrimas corren por el rostro de Carmen Lucía Herrera, una maestra jubilada venezolana de 83 años que viajó desde el estado Cojedes, en el centro- occidente del país, hasta la caraqueña barriada del 23 de Enero donde está enclavado el Cuartel de la Montaña, sólo para celebrar los 60 años de uno de sus hijos más queridos.
"Lo adoro desde el 4 de febrero del año 1992, cuando quisieron acusarlo de encabezar un golpe de Estado que se convirtió en el despertar de este pueblo dormido por tantos y tantos desmanes. Desde esa fecha y hasta que mis ojos se cierren definitivamente voy a amar a ese hombre que le devolvió la esperanza a millones de venezolanos, a quienes se nos había negado el derecho de vivir dignamente y de soñar", compartió con Xinhua Carmen Lucía.
Mientras trata de entender o quizás justificar el porqué de la partida temprana de su Hugo Chávez, la anciana venezolana recuerda cuando subió a un avión por primera vez a sus 73 años para viajar a Cuba a operarse de cataratas que no le permitían ver.
También rememoró aquel día que recibió su tarjeta magnética donde cada mes le es depositada su pensión y otros beneficios creados por el fallecido líder.
"Ahora sí hay justicia gracias al Comandante Chávez porque después de trabajar por casi 5 décadas estuve años reclamando mi jubilación y las prestaciones sociales y antes de su llegada a la presidencia en 1999, nadie jamás se ocupó de los miles de maestros que estaban en una situación parecida, víctimas del robo de los anteriores gobiernos entreguistas y usurpadores", manifestó.
Aunque lo que más recuerda Carmen Lucía, fue aquella ocasión en octubre de 2012, durante su paso por San Carlos, capital de Cojedes, de su "querido Chávez" en el cierre de la campaña electoral que lo ratificó como jefe de Estado de Venezuela.
"Amo a mi familia, a mis hijos, a mis nietos, a mis hermanos, pero debo confesarle que abrazar a Chávez, darle muchos besos y mirarlo a los ojos diciéndole gracias por todo, ha sido el momento más emocionante de mi vida. Sentí que no era humano, que se trataba de un hombre tan grande y tan humilde al mismo tiempo que asemejaba a un Mecías, uno de carne y hueso que había llegado para cambiar la historia no sólo de Venezuela sino del resto del mundo", confesó.
Convencida de eso, Carmen Lucía besó una vez más la lápida de mármol negro que cubre los restos mortales de Chávez, lo felicitó por su cumpleaños 60 y se despidió hasta un próximo encuentro con la mirada puesta en el mañana.
Al igual que esta venezolana, muchos son los visitantes de todas latitudes que van al Cuartel y ven allí no un museo o un panteón, sino un lugar de obligada visita para rendir tributo a uno de los líderes imprescindibles de la historia mundial.
Dentro del grupo que hoy asistió a este recinto ya sagrado para muchos, se encontró una familia cubana que visita la nación suramericana por primera vez y como el prócer caribeño José Martí cuando llegó a Caracas en 1880, "sin quitarse el polvo del camino", fueron a homenajear al Comandante Chávez en su lugar de reposo.
Nodelia Martínez, una abogada de 55 años, compartió con Xinhua sus impresiones del lugar, a su juicio "sobrecogedor, cálido y de una carga espiritual muy fuerte. Pero no es la edificación la que se define por sí misma con estos adjetivos sino lo que está en su interior".
Hugo Chávez para los cubanos, para los latinoamericanos y para cada hombre de buen corazón que habita la Tierra, dejó de ser sólo el líder histórico de la Revolución Bolivariana.
Sin proponérselo, a punta de amor, entrega, entusiasmo, sacrifico, compromiso y coraje, se convirtió en referente mundial por su capacidad aglutinadora y su espíritu de lucha constante a favor de los más humildes, desposeídos, de aquellos que por años habían vivido sumidos en la ignorancia, carentes de todo tipo de derechos.
"Me da dolor saber que este 28 de julio arribaría a la edad de 60 años y ya no esté aquí físicamente para celebrarlos pero imagino que el consuelo llega cuando vemos que su obra ha servido de acicate para aquellos que hoy día la continúan. Es la llama eterna, donde hombres honestos, justos, cada día se suman, se unen para que jamás se apague", afirmó Nodelia.
Su esposo, el ingeniero de 56 años Jesús Arturo González, recuerda a Chávez como el comandante cuyo alcance político y humano se extendió más allá de las fronteras de su natal Venezuela.
"Un hombre que entendió desde inicios de los años 90 del siglo pasado la necesidad de cambios profundos en su país. Cambios que provocarían una distribución equitativa de las riquezas, la inclusión de todos los sectores en la vida social, la erradicación del analfabetismo, el acceso gratuito al sistema de salud público y otras acciones que sin excepción encierran lo más noble y humano de un verdadero revolucionario de este y todos los tiempos", sentenció.
Asimismo Jesús Arturo resaltó que otro aspecto admirable del líder bolivariano fue la impresionante capacidad de comunicación con los más humildes.
De ahí el apoyo incondicional de las grandes masas de venezolanos y hombres de todo el mundo que sin tener una preparación ideológica académica, fueron adquiriendo consciencia del papel que les tocaba jugar en la construcción de nuevas sociedades más justas y equitativas.
"No podemos olvidar tampoco su gran reconocimiento internacional por su compromiso con los pueblos de América Latina, el Caribe y más allá. Dignificó a estos pueblos para que decidieran por ellos mismos sin la imposición de las potencias imperiales y corrientes avasalladoras que mucho daño han hecho a las economías más vulnerables con sus paquetes neoliberales y sus políticas coloniales".
Profunda estela dejó Chávez también en las más nuevas generaciones, herederas de su obra y responsables de perpetuar en el tiempo sus enseñanzas y doctrinas, de convertirlas en hechos concretos, así expresó a Xinhua, María de Jesús González, joven cubana de 17 años.
"Chávez a mí criterio, hoy y siempre, será paradigma de los líderes que requiere este mundo. Sembró profundas huellas de simpatía, admiración, comprensión y amor, por eso estoy convencida que todo su quehacer y su ejemplo, lo harán ícono eterno de lo que estamos llamados a ser los jóvenes de hoy en la historia", opinó.