La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, negó hoy una ruptura de relaciones entre su país e Israel, a raíz del cruce de declaraciones entre ambos gobiernos tras la ofensiva israelí en Gaza, que calificó de "masacre" y no de "genocidio".
El embajador brasileño en Israel fue llamado a consulta, lo que no supondrá que haya una ruptura en las relaciones entre las dos naciones, dijo la mandataria en entrevista para internet organizada por el diario "Folha de Sao Paulo".
Dijo que lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza "es una masacre, el uso desproporcionado de la fuerza, no un genocidio".
La funcionaria quiso bajar el tono de las declaraciones entre representantes de ambos gobiernos, después de que el principal asesor presidencial en asuntos internacionales, Marco Aurelio García, declaró que la actuación israelí era "un genocidio".
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel calificó a Brasil a través de su portavoz Ygal Palmor de "enano diplomático".
Rousseff lamentó las palabras del vocero, pero comentó que "no es posible que se mate a niños y a mujeres".
Dijo que la escalada del tono en las palabras de Palmor "producen un clima muy malo, y se debería tener cuidado al emplearlas".