China apoya acuerdo de paz en Yemen

Actualizado a las 23/09/2014 - 08:34

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BEIJING, 22 sep (Xinhua) -- China espera que los partidos políticos de Yemen apliquen de manera seria su nuevo acuerdo de paz, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del país Hua Chunying hoy lunes.

El domingo, las facciones políticas yemeníes dentro del gobierno de coalición y el grupo chií Houthi firmaron un acuerdo de cese el fuego tras días de encarnizadas batallas en la capital Sanaa.

El tratado pide la formación de un nuevo gobierno formado por tecnócratas de todas las facciones, incluido Houthi, el nombramiento de un nuevo primer ministro y el fin de las tensiones políticas y de seguridad, así como la creación de un comité que mejore el nivel de vida del pueblo y reduzca los precios de los carburantes.

El acuerdo de paz pone fin a los fatales enfrentamientos entre el grupo Houthi y el ejército. Las hostilidades estallaron el martes de la semana pasada en el noroeste de Sanaa y han dejado más de 200 muertos, entre ellos 50 civiles.

Hua hizo un llamamiento a las partes implicadas para que resuelvan sus diferencias a través del diálogo y las consultas, continúen promoviendo el proceso de transición política y garanticen la armonía étnica y la unidad nacional, en un intento por restaurar la estabilidad en el país y el desarrollo normal lo antes posible.

Decenas de miles de simpatizantes del grupo Houthi se han manifestado en Sanaa desde principios de agosto, exigiendo que el gobierno reanude los subsidios para combustible y que el gabinete renuncie.

Los houthis han luchado contra el ejército yemení en el norte del país durante años. El último acuerdo de cese el fuego se alcanzó en 2010, después de una guerra de seis años en la que el grupo se hizo con el control de la provincia de Saada.

Sin embargo, comenzó a ampliar su influencia hacia el sur a finales de 2013, cuando provocó conflictos sectarios en el norte de la provincia de Amran, a sólo 60 kilómetros al norte de la capital.

Yemen es la nación más pobre de Medio Oriente, con elevadas tasas de pobreza y de desempleo superiores al 55 por ciento, además de alarmantes problemas financieros, como un creciente déficit presupuestario debido principalmente al acusado descenso de los ingresos por petróleo.