El número de internos muertos en prisiones estatales y cárceles locales de Estados Unidos siguió aumentando en 2013 para llegar a 4.446, se indicó hoy en un informe federal.
De acuerdo con el informe del Buró de Estadística de Justicia (BEJ) de Estados Unidos, las cárceles locales y las prisiones estatales registraron un incremento en el número de internos muertos de 2012 a 2013. El número de muertes subió de 958 a 967 en las cárceles locales y de 3.357 a 3.479 en las prisiones estatales.
El informe encontró que aunque el número de fallecimientos relacionados con enfermedades en las cárceles locales declinó, este descenso fue compensado por un aumento notable en las causas de muerte no naturales como el suicidio, la intoxicación por drogas o alcohol, los accidentes y los homicidios.
Como ha ocurrido cada año desde el 2000, el informe señala que el suicidio fue la principal causa de muerte en las cárceles locales, lo que representó más de un tercio de todas las muertes en cárceles en el 2013. El informe encontró que un total de 327 internos se suicidaron en 2013, un incremento de 12 por ciento en relación con el nivel de 2009.
El número de muertes por intoxicación por drogas o alcohol en las cárceles locales subió de 57 en el 2012 a 70 fallecimientos en el 2013 y el número de muertes derivadas de accidentes subió de 18 a 31. El homicidio provocó 28 muertes, indicó el informe, lo que lo convierte en una de las causas menos comunes de muerte en las cárceles.
Por otra parte, el informe encontró que en 2013, cerca del 90 por ciento de las muertes en las prisiones estatales se relacionaron con alguna enfermedad, seis por ciento fueron suicidios y tres por ciento fueron homicidios.
En conjunto, el cáncer (31 por ciento) y la enfermedad cardiaca (26 por ciento) representaron cerca de la mitad de los fallecimientos relacionados con enfermedades en las prisiones, se indicó en el informe.
Todos los departamentos de correccionales estatales informaron en 2013 sobre la muerte de al menos un prisionero. Cerca de una cuarta parte de esos fallecimientos ocurrieron en Texas y California. Los internos de raza blanca representaron más de la mitad de las muertes y casi todos fueron de sexo masculino.