BUENOS AIRES, 20 ago (Xinhua) -- El 2015, año electoral en Argentina, presenta como disyuntiva central para el gobierno el estímulo al consumo o el control del dólar.
"Es sabido que el resultado de las elecciones está atado al humor social. A su vez, este depende en buena medida de las condiciones económicas reinantes. El consumo, la inflación, el salario real o el mercado cambiario son algunas de las variables relevantes que el votante medio considera a la hora de decidir su apoyo político", destacó hoy la consultora Ecolatina.
"Desde comienzos de año, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández concentró sus esfuerzos en estabilizar la economía y apuntalar el consumo", señaló Ecolatina en su informe.
El 9 de agosto último, en elecciones primarias que definieron a los candidatos que competirán el 25 de octubre, el hombre más votado fue Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires y "delfín" (candidato impulsado) de la presidenta, con 38,4 por ciento.
Detrás se ubicó el alcalde de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, del centroderechista y opositor Propuesta Republicana (PRO), con 24,1 pro ciento, quien ganó la interna del frente Cambiamos, en el que confluyeron opciones de la socialdemocracia, como la Unión Cívica Radical o el centro, como la Coalición Cívica.
Las elecciones se realizarán el 25 de octubre y quien gane será el presidente de Argentina por los próximos cuatro años, a partir del 10 de diciembre.
"En años de elecciones el ingreso real de las familias crece, pero cada vez menos. Durante los años de elecciones, especialmente presidenciales, el gobierno de turno suele elegir un 'set' de medidas para apuntalar las variables económicas que influyen sobre el voto del electorado", señaló Ecolatina.
La consultora remarcó que "el consumo es uno de los principales factores económicos que pesan a la hora del voto. Se observa que, en julio de 2015, el mismo mostró una variación interanual positiva en prácticamente todos los rubros".
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el consumo de electrodomésticos creció 4,5 por ciento en los últimos 12 meses, poco más que calzados (3,5por ciento) e indumentaria (3,2 por ciento).
Además, detrás del repunte del consumo destaca la mejora del ingreso real disponible de las familias, gracias a una combinación de impulso fiscal y desaceleración de la inflación.
Ante ese panorama, "la estabilidad cambiaria merece un punto aparte. Sin duda brinda rédito político (contiene la inflación, aumenta el salario en dólares al apuntalar el gasto en turismo en el exterior y la compra de dólares para atesoramiento), pero atenta contra la sostenibilidad macroeconómica al tornar inviables muchas actividades industriales y economías regionales".
"Al generar un exceso de demanda de divisas (el dólar se considera barato) presiona sobre el frente cambiario elevando la incertidumbre sobre el valor del dólar tras las elecciones", alertó Ecolatina en su reporte ante la interrogantes de "dinamizar el consumo o mantener a raya las tensiones cambiarias".
"Los ingresos reales crecerán de la mano de jubilaciones (el incremento en el haber jubilatorio de septiembre impulsará las prestaciones) y en algunos sindicatos recibirán un extra (como comercio y construcción recibirán bonos en septiembre) o el segundo aumento pactado para 2015 en paritarias", añadió.
Este incremento en los ingresos incentiva el consumo, pero también puede derivar en la compra de dólares en el mercado formal o en el informal, lo cual puede acrecentar tensiones cambiarias existentes.
"Esta es la disyuntiva que enfrenta el gobierno de cara a octubre. Si elige volcar más dinero para incentivar el consumo, este excedente puede presionar sobre el tipo de cambio paralelo (15,15 pesos por dólar, contra 9,30 en el oficial) o las reservas del Banco Central", añadió Ecolatina.