El Instituto Global para la Sostenibilidad, de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey considera urgente que el Senado de México retome el análisis de la llamada Ley de Transición Energética para poder hacer frente al cambio climático y la reducción de gases de efecto invernadero.
"Sin esa ley de transición energética difícilmente se podrán impulsar energías limpias", aseveró la directora fundadora del Instituto, Isabel Studer a la prensa local.
A partir de la aprobación de una ambiciosa reforma energética en México, consideró, este país debe avanzar de manera más acelerada en una agenda estratégica de energía limpia.
"Debe existir congruencia entre la política climática y la de energía en el país", añadió.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto se sumó a la propuesta de otros líderes mundiales y empresariales de fijar un precio al bióxido carbono, porque es una manera efectiva de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el marco del Panel de Liderazgo sobre Precio al Carbono, celebrado recientemente en Washington D.C, el primer mandatario mexicano reconoció, a través de una participación por vídeo, que un precio al carbono desalienta el consumo de los combustibles.
"Es una sorpresa agradable que el presidente Peña Nieto se haya sumando a esa iniciativa pues eso supongo que implicaría, entre otras cosas, revisar el impuesto de 2013, es decir, tendrá que hacer ajuste o buscar guía para que las energías fósiles sean más caras", expresó Studer.
México ha sido el primer país en desarrollo en presentar a la ONU su Contribución Prevista y Determinada Nacionalmente, con compromisos concretos para reducir el consumo de carbono.
De acuerdo con la experta, en México el precio al carbono es muy bajo de los 45 países que han introducido este impuesto, y a manera de ejemplo dijo que mientras en Japón o Finlandia llega a 40 dólares por tonelada, en México es entre 3 y 5 dólares.
Ley de Transición Energética, una iniciativa gubernamental y que aún se encuentra pendiente para su análisis y aprobación en la Cámara Alta, establece una meta de que en 2024 al menos el 35 % de la generación eléctrica debe hacerse a partir de fuentes limpias, mientras que para el 2050 deberá ser de 50%
Esto, de acuerdo con la proyección gubernamental, permite diversificar la matriz de generación eléctrica con fuentes limpias (generando 153 TWh/a), dejando el resto de la generación al gas natural. Además, el impulso de las energías limpias podría generar entre 60 y 80 mil empleos directos.
También contempla definir los instrumentos para la generación distribuida de electricidad a fin de que cualquier persona, industria o negocio pueda generar y vender su propia electricidad. Esto permitiría ahorrar millones de dólares anuales.
La Ley contempla además la creación del Programa Nacional de Aprovechamiento Sustentable de Energía y fija el compromiso de contribuir a combatir el cambio climático al 95 y 115 millones de toneladas de CO2 al 2030 a partir de su implementación.
Para Studer, es además una oportunidad para que el legislativo enriquezca esta iniciativa y se incluya una propuesta que impulse las redes inteligentes que permitan la generación distribuida, como paneles solas en casas y fomentar a que la gente deje usar sus vehículos y use más el transporte público.
"La Ley de Transición Energética es muy importante y si a ello le sumamos un impuesto al bióxido de carbono que hoy existe, México podría llegar a la COP 21 con una gran congruencia política climática y política energética y podría ser líder de cambio climático", finalizó la académica.
De acuerdo con un estudio de HSBC se espera que a partir de 2020 se invierta alrededor de 2.200 millones de dólares anuales en negocios verdes a nivel mundial, principalmente en energías renovables.