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Distanciamiento entre vicepresidente Temer y Rousseff agrava crisis política en Brasil

Actualizado a las 09/12/2015 - 13:23
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Por Edgardo Luguercio

BRASILIA, 8 dic (Xinhua) -- En una carta enviada la noche del lunes, el vicepresidente brasileño Michel Temer señaló que la presidenta Dilma Rousseff no confía en él ni en su partido, lo cual profundiza la crisis en el contexto de juicio político que enfrenta la mandataria.

En la carta Temer, del Partido del Movimiento Democratico Brasileño (PMDB), relató una serie de acontecimientos ocurridos en los últimos cinco años de gobierno para demostrar que Rousseff no confió "ni nunca confiaría" plenamente en él o en un su partido.

En una actitud inesperada, Temer se describió como un vicepresidente "decorativo" en el primer mandato (2011-2014), no obstante afirmó que busca la reunificación del país.

El pasado miércoles, el polémico presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, del PMDB y antiguo aliado de Temer, autorizó un pedido de juicio político contra Rousseff por supuestas irregularidades fiscales.

La polémica decisión fue anunciada por Cunha horas después de que la bancada del Partido de los Trabajadores (PT) resolvió votar en su contra en el Consejo de Etica, donde enfrenta un proceso que puede terminar con su destitución.

Aunque la carta de Temer fue enviada a Rousseff con carácter confidencial, ésta fue publicada por la prensa local en su totalidad por asesores de la mandataria.

Durante el pasado fin de semana, la presidenta y sus colaboradores más próximos esperaban una posición pública de Temer contra el "impeachment" (juicio político), lo cual no ocurrió.

En la mañana del lunes, Dilma Rousseff dijo que no ver razones para sospechar del vicepresidente "ni un milímetro", pero pocas horas después recibió la carta en la cual se cuestionó precisamente esa confianza.

En el documento, el vicepresidente no propuso la ruptura con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff o del PMDB con el gobierno, pero el ala petista interpretó el mensaje como una maniobra para forzar una ruptura.

Hasta ahora, el gobierno considera improbable que el proceso de juicio político pueda ser aceptado en el pleno de la Cámara de Diputados, donde es necesario el apoyo de dos tercios del cuerpo para darle continuidad.

Con la novedad introducida por la actitud del vicepresidente, quien además preside el PMDB, el escenario queda mucho más incierto.

El distanciamiento de Temer estaba previsto tras la renuncia del ministro de Aviación Civil, Eliseo Padilha, considerado su principal socio político y conocido por su capacidad de articulación.

La salida de Padilha del gabinete puede ser el primer paso hacia un proceso de negociaciones del PMDB con los partidos de oposición, con la finalidad de buscar los votos necesarios para dar inicio formal al juicio político.

Al mismo tiempo, el líder del PMDB en la cámara baja, Leonardo Picciani, cuestionó la actitud de Temer y afirmó que el vicepresidente siempre privilegió a sus aliados personales, en detrimento al fortalecimiento de la bancada del partido.

Picciani, un declarado defensor del mandato de Rousseff y de buen diálogo con el Palacio de Planalto (sede de la presidencia) es presionado por sus colegas más cercanos a Cunha para dejar el liderazgo de la bancada pemedebista.

El interés de algunos sectores del PMDB de asumir el poder en una eventual destitución de la presidenta emergió el mes pasado, cuando lanzaron un documento programático para proponer un conjunto de medidas encaminadas a enfrentar la crisis económica.

A diferencia de las fuerzas de oposición, como el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), el PMDB es el único que presentó una alternativa de gobierno a la sociedad.

Nacido como oposición "autorizada" durante el régimen militar (1964-1985), el PMDB se mantiene en el centro de la política brasileña, tras aliarse sucesivamente al gobierno socialdemócrata de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) y del petista de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).

Aunque no presentó candidato presidencial propio en las últimas dos décadas, ahora puede alcanzar el sillón presidencial por la vía del "impeachment" 'contra Rousseff.

Los realineamientos políticos y las intensas negociaciones que ocurren desde que se autorizó el pasado miércoles el proceso de juicio político contra Rousseff, han provocado la reacción de importantes figuras políticas lejos de Brasilia.

El viernes pasado los nueve gobernadores de la región nordeste, la más pobre del país, se pronunciaron formalmente contrarios al proceso contra Rousseff, el cual calificaron de ilegítimo.

El sábado anterior el ex ministro Ciro Gomes, del Partido Laborista Democrático (PDT), uno de los políticos más populares de la región nordeste, acusó a Temer de ser nada menos que el "capitán del golpe".

Gomes anunció que si Temer avanzaba en esa línea, él mismo iba a iniciar una campaña de juicio político contra el vicepresidente.

El pedido de "impeachment" contra Rousseff denunció maniobras fiscales que no tienen sustento legal, e incluyó copia de decretos presidenciales de este año que, de acuerdo con los solicitantes, reinciden en prácticas contables irregulares.

En caso de que esos argumentos sean aceptados, el vicepresidente Temer será señalado como el responsable de acortar el mandato de Rousseff, según sus críticos.  

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