Un hospital de Reino Unido emitió una orden de no reanimar a paciente con Síndrome de Down |
Fuente:agencias
Kent,11/12/2015(El Pueblo en Línea)-El británico Andrew Waters, de 53 años, tenía síndrome de Down. Le gustaba bailar, nadar y los grupos de teatro.
En 2011, Waters ingresó en un hospital de Kent, Reino Unido, por una crisis de demencia.
Sin consultar o informar a su familia, el equipo médico emitió una orden de no reanimación, ONR, para el paciente, lo que significaba que no se le iba a reanimar en caso de que tuviera complicaciones cardíacas o respiratorias.
Entre las razones para dar la orden, los médicos incluyeron el hecho de que Waters padecía síndrome de Down y que tenía "dificultades de aprendizaje".
El documento, un papel doblado metido en un bolso, fue descubierto por la familia una vez que el hombre salió del hospital.
Waters falleció tiempo después por causas no relacionadas con la orden de no reanimación, pero ahora, el grupo East Kent Hospitals University NHS Foundation Trust, una de las fundaciones más grandes de hospitales en Reino Unido a la que pertenece el centro de Kent, ha pedido disculpas.
La fundación ha admitido que "hubo una violación de sus derechos humanos".
Eso era todo lo que su familia quería.
"Es totalmente inaceptable que alguien tome una decisión así, sin consultar a un miembro de la familia o a cualquiera de sus cuidadores", declaró el hermano de Andrew, Michael Waters.
Dado que el fallecimiento de Andrew no tuvo que ver con la ONR, la familia nunca buscó una compensación económica en el caso, pero sí necesitaba que los médicos reconocieran su error moral.
Michael asegura que, durante la estancia de Andrew en el hospital de Kent, él y otros miembros de la familia se encontraban allí, pendientes "en todo momento" y al tanto de su evolución, y nadie les preguntó.
"Sus cuidadores encontraron el documento doblado en su bolsa, después de que le dieran el alta hospitalaria", explicó Michael.
El abogado que llevó el caso sostiene que "la confianza entre los médicos y las familias se rompe si las razones para llevar a cabo las ONR no se comunican con eficacia".
Merry Varney, abogada en Leigh Day, despacho especializado en negligencias médicas, trabajó en el caso de Janet Tracey, quien murió de cáncer terminal el año pasado después de que los médicos decidieran dar la orden de no reanimación sin consultar a la familia.
Tras el caso de Tracey, se estableció un nuevo procedimiento obligatorio para los médicos: informar y consultar a los pacientes o sus familiares sobre este tipo de órdenes.
"Queremos asegurarnos de que esto no vuelva a suceder", explica Michael, mirando con nostalgia el álbum de fotos de su hermano.