Duro debate televisivo entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy antes de las elecciones en España

Actualizado a las 16/12/2015 - 08:36

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El único debate electoral entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (centro derecha), y el líder de la oposición, Pedro Sánchez (centro izquierda), celebrado seis días antes de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre, se desarrolló en un tono duro y tuvo varios momentos de especial tensión, sobre todo cuando Rajoy acusó a Sánchez de "ruin y miserable", después de que el aspirante le llamase indecente y cuestionase su honradez.

Fue el momento más intenso de un cara a cara en el que el candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) marcó la introducción de los temas y en el que no tuvo reparos en acusar insistentemente a su rival del Partido Popular (PP) de mentir, sin querer reconocerle ni un solo avance económico en toda la legislatura y recurriendo con frecuencia a la corrupción.

Durante el asunto de la corrupción los dos políticos se enzarzaron en fuertes descalificaciones y se autodenominaron ambos como políticos limpios. El candidato socialista, excesivamente agresivo, según algunos expertos, amontonó reproches e incluso llegó a calificar al todavía presidente de no ser una persona "decente".

Esta acusación provocó el enfado de Rajoy, que le replicó: "Yo soy un político honrado. Usted es joven y va a perder estas elecciones, pero de eso se puede recuperar uno. Pero de lo que no puede recuperar es de la afirmación ruin, mezquina y miserable que ha hecho usted aquí. Si tiene usted algo contra mí, lléveme a un juzgado". E insistió: "Ha sido usted ruin, mezquino y miserable".

El debate, de 110 minutos de duración, fue seguido por 9.687.000 espectadores, con una cuota de pantalla del 48,6 por ciento. Según una encuesta televisiva, un 34,5 por ciento opinó que nadie lo ganó, mientras que para un 33,7 por ciento el ganador fue Pedro Sánchez y un 28,8 por ciento opinó que venció Rajoy.

Rajoy señalo que la política social requiere hacer una buena política económica porque eso es lo que genera recursos y dijo que cuando los socialistas dejaron el Gobierno hace cuatro años no había dinero, solo impagos.

Mariano Rajoy se mostró sorprendido al escuchar "muchas cosas y poco sensatas" del líder del PSOE, sobre todo cuando España se encontraba "al borde de la quiebra" en 2011 tras un incremento vertiginoso del desempleo en tres millones de personas en apenas tres años. "Eramos el enfermo de Europa", recordó, pero Sánchez lo negó y dijo que ahora hay peor calidad de vida y de empleo.

Otro momento tenso fue cuando Sánchez acusó a Rajoy del "rescate a España" con un coste de 40.000 millones de euros, a lo que el jefe del Ejecutivo contestó que no era cierto. "Niego la mayor", afirmó.

El candidato a la reelección aseguró que él evitó el rescate de España porque si eso se hubiera producido las pensiones se habrían recortado como en Portugal o en Grecia, y apuntó que aquello fue "una gran batalla" porque en la Unión Europea (UE) y en España mucha gente le pedía que aceptara el rescate económico del país.

Además, aseguró que los 40.000 millones de euros para el rescate financiero fueron para evitar la quiebra de varias cajas de ahorro en las que miles de ciudadanos tenían depositados sus ahorros. Pedro Sánchez contraatacó sacando las portadas de la prensa española e internacional que hacían alusión al rescate.

En relación al desafío independentista en Cataluña, Rajoy aseguró que mientras sea presidente del Gobierno defenderá "la unidad nacional" y "la soberanía nacional". "No estamos de acuerdo a autorizar un referéndum", comprometió Rajoy, a lo que Sánchez respondió que él "tampoco" lo está.

Sin embargo, el tono bronco del tema inmediatamente anterior, el de la corrupción, contagió también un tema de Estado en el que ambos dirigentes políticos están de acuerdo.

El jefe del Ejecutivo reiteró que España es "una gran nación" y pidió a Sánchez "un poco de objetividad". El socialista, por el contrario, consideró que la mejora de la economía en España se debe a los "vientos favorables" del exterior (bajada del precio del petróleo y política monetaria del Banco Central Europeo), lo que Mariano Rajoy interpretó como un intento del socialista de "pintar una España tenebrosa olvidando los últimos avances que se han producido".

Todas las incógnitas sobre a quién benefició el debate quedarán despejadas cuando el próximo domingo, día 20, se celebren las que muchos analistas consideran las más importantes elecciones generales de la historia de la democracia española.