El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció la noche de este martes su último discurso del Estado de la Unión, una intervención en la que predominó el tono político en lugar de las propuestas específicas, justo cuando el país entra en un año electoral.
"Para mi último discurso ante esta cámara no quiero hablar solo sobre el próximo año, quiero centrarme en los próximos cinco, 10 años, y más allá", aseveró Obama, consciente de que el tiempo restante de su presidencia es demasiado escaso como para lograr más objetivos específicos.
En términos generales, Obama planteó "cuatro grandes preguntas" que, en su opinión, Estados Unidos tiene que responder en el futuro.
En primer lugar, Obama afirmó que Estados Unidos tiene que darle a cada ciudadano "una oportunidad justa y seguridad en esta nueva economía".
"Lo que es cierto, y es la razón por la que muchos estadounidenses se sienten preocupados, es que la economía ha cambiado de manera profunda", expuso Obama, después de mencionar varios logros económicos en su mandato, como la reducción del desempleo y el recorte del déficit.
Para ayudar a los estadounidenses a prepararse para la nueva economía, el mandatario reclamó una reforma continua del sistema educativo y formativo del país y una mejora de la seguridad social y del seguro médico, así como el ajuste del papel del Gobierno para asegurar que el sistema no está manipulado en favor de los más ricos y de las grandes corporaciones.
En segundo lugar, Obama aseveró que Estados Unidos tiene que reavivar el espíritu innovador para superar retos urgentes.
En este sentido, mencionó varias medidas, desde el fortalecimiento de la investigación médica al desarrollo de las energías limpias. También anunció "un nuevo esfuerzo nacional" para curar el cáncer.
Tercero, el presidente norteamericano advirtió de que Washington debe mantener el país seguro y fuerte sin aislarse ni reconstruir cualquier sociedad que se esté desintegrando.
Obama instó al Congreso a autorizar el uso de la fuerza militar contra el grupo miliciano Estado Islámico y defendió su bagaje en política exterior pregonando el "liderazgo estadounidense", basado en el sabio uso de su poderío militar y la movilización de una amplia coalición para lidiar con los retos mundiales.
Por último, el mandatario reclamó que Estados Unidos fije su política para evitar la puesta en práctica de una política arriesgada en Washington como la que ha afectado a su administración en los últimos años. Un ejemplo de esta forma de hacer que ha criticado Obama fue el cierre del Gobierno federal en 2013.
Obama admitió que el rencor y la desconfianza entre republicanos y demócratas ha empeorado durante su presidencia, uno de sus pocos lamentos durante el discurso.
En una respuesta al discurso del presidente en nombre del Partido Republicano, el gobernador de Carolina del Norte, Nikki Haley, criticó al mandatario por su gestión económica y de la política exterior, y se refirió a la apabullante deuda nacional, al encarecimiento del plan de atención médica y a una amenaza terrorista más peligrosa.
"El presidente Obama habló con elocuencia sobre grandes cosas. Está en su punto álgido cuando hace eso", expuso Haley. "Por desgracia, su actuación a menudo ha estado muy por debajo de sus elevadas palabras", reprochó.