DAMASCO, 6 feb (Xinhua) -- El ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid al-Moallem, advirtió a Arabia Saudí contra su intervención en Siria militarmente, y dijo que quienes entren a territorio sirio sin el consentimiento del gobierno "regresarán a casa en ataúdes de madera".
Al hablar en una conferencia de prensa organizada en Damasco, el jefe de la diplomacia siria dijo que "resistiremos cualquier violación a nuestra soberanía".
"Cualquier intervención terrestre en Siria sin el consentimiento del gobierno sirio es una agresión que debe de enfrentada, lo que será el deber de todo el pueblo sirio. Y los agresores regresarán a su país en cajas de madera", advirtió al-Moallem, cuando se le preguntó sobre los reportes recientes que sugieren que Arabia Saudí está lista para enviar tropas a Siria.
El canciller sirio dijo que "la lógica y sentido común descartan cualquier posible escenario de intervención, pero al revisar las decisiones alocadas tomadas por Arabia Saudí en otras áreas sugiere que nada puede ser descartado".
"Creo que algo se está cocinando bajo la supervisión de Estados Unidos entre Turquía y Arabia Saudí", señaló el canciller.
"Ya sean saudíes o turcos, todos los que practiquen la agresión contra Siria serán enviados de regreso en ataúdes de madera", añadió.
El ministro dijo que el deseo saudí de entrar a Siria se dio luego de la frustración por las derrotas recientes de los milicianos apoyados por saudíes en áreas clave sirias.
"Luego de las victorias del ejército sirio y sus aliados, los conspiradores contra Siria se han desesperado con el fracaso de sus herramientas en tierra, así que que decidieron entrar personalmente", declaró.
El viernes pasado, un vocero del ejército saudí dijo que su país está listo para enviar tropas terrestres a combatir al Estado Islámico (EI) en Siria si la coalición dirigida por Estados Unidos está de acuerdo.
Arabia Saudí ha participado en los bombardeos de la coalición desde que Estados Unidos comenzó sus ataques aéreos contra el grupo EI en septiembre de 2014.
El gobierno sirio considera cualquier incursión en su país sin su consentimiento como una agresión, y en particular, Siria considera que cualquier intervención saudí es una intervención con el objetivo no de combatir al EI, sino de ofrecer apoyo a los milicianos en el área.
Respecto a las conversaciones de Ginebra sobre la crisis siria, al-Moallem señaló que su gobierno rechaza cualquier precondición antes de las conversaciones, y culpa a los grupos de oposición respaldados por extranjeros por el fracaso de la primera ronda de conversaciones que inició la semana pasada y luego fue suspendida hasta el 25 de febrero debido a la falta de progreso.
Al-Moallem dijo que los simpatizantes de la oposición desean atacar el progreso político porque cuentan con avanzar en tierra.
"Ellos vinieron porque fueron presionados para venir, no porque quisieran negociar", declaró el canciller, y añadió que "esa oposición no pertenece al pueblo sirio y que no tienen la influencia para negociar. Ellos pretenden encargarse de la situación humanitaria en Siria, pero no parecen haber disfrutado romper el cerco en Nubbol y Zahraa", ambos poblados chiitas a favor del gobierno que estuvieron cercados por los milicianos en Aleppo por más de tres años, antes de que el ejército sirio respaldado por el grupo libanés Hizbulá tuviera éxito en romper el cerco en días recientes.
El canciller dijo que la delegación siria fue la primera en llegar a Ginebra y agregó que lo que único que el gobierno pidió fue una lista de los grupos de oposición que planeaban participar en las conversaciones.
"Luego de la conclusión de las conversaciones, que ni siquiera han iniciado, la ONU ofreció una lista de los grupos de oposición", declaró al-Moallem y enfatizó que su gobierno está listo para regresar a Ginebra para el diálogo entre sirios sin precondiciones, y añadió que "Siria no pondrá ninguna precondición y al mismo tiempo no aceptará ninguna".
"Estamos comprometidos con el concepto de diálogo... y el pueblo sirio es el único que puede decidir el futuro de su país", indicó.
Antes de la reunión de Ginebra, la oposición exigió poner un alto a las operaciones del ejército sirio contra las áreas controladas por los rebeldes, y adoptó el comunicado de la reunión de Ginebra 2012, que pide una transición política en Siria, y basar las negociaciones futuras en la resolución 2118 de la ONU de 2013, que pide la formación de un órgano de gobierno de transición que ejerza poderes ejecutivos plenos, que podría incluir a miembros del gobierno actual y de la oposición y a otros grupos y que se forme sobre la base de un consentimiento mutuo.
Durante conversaciones previas en Ginebra en 2012 y 2014 que concluyeron sin resultados, el gobierno sirio dijo que la oposición no debe establecer precondiciones, e indicó que cualquier tema debe estar sujeto a negociaciones.
Por otro lado, en medio de las victorias contundentes del ejército sirio en Aleppo, el ministro urgió a los rebeldes ahí a deponer las armas como resultado del progreso militar sirio.
Dijo que el gobierno sirio está listo para solucionar cualquier situación de los rebeldes que abandonen la insurgencia en contra del gobierno sirio "porque ellos son los hijos de este país".
"Sus respaldos regionales los están dejando solos", indicó el ministro en un mensaje para los rebeldes.
Al-Moallem enfatizó que el gobierno sirio todavía considera terroristas a quienes se levantan en armas contra el ejército.
Al hablar del terrorismo, el ministro dio a conocer que el gobierno sirio tiene cooperación de inteligencia con algunos países de Occidente, excepto Reino Unido y Francia.
"Quien quiera regresar a Siria es bienvenido", dijo el canciller, en una referencia a que Siria da la bienvenida a cualquier cooperación para compartir inteligencia con países que verdaderamente deseen combatir el terrorismo.