MEXICO, 9 feb (Xinhua) -- Un nuevo análisis realizado por un equipo forense argentino en el basurero de Cocula, Guerrero (sur), y donde presuntamente fueron incinerados los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 por una organización criminal, descartó la versión oficial presentada el año pasado.
"Hasta el momento el EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) no ha hallado evidencia científica para establecer correspondencia alguna entre los elementos recuperados en el basurero de Cocula y los estudiantes desaparecidos", señala un estudio que este martes fue presentado por los forenses en Ciudad de México.
En una rueda de prensa, el equipo forense reconoció que si bien es cierto que en el lugar se encontraron restos óseos de por lo menos 19 personas, difícilmente podrían ser de los jóvenes desaparecidos, ya que de acuerdo a sus análisis, corresponden a edades de 21 a 38 años, y solamente en uno de los casos entre 15 y 21 años.
Además, argumentaron que aunque se realizaron dos incendios días posteriores a la desaparición de los jóvenes -el 26 de septiembre de 2014- no tuvieron la intensidad para poder quemar 45 cadáveres.
Por su parte, la Procuraduría General de República (PGR,fiscalía), informó más tarde, en un comunicado, que dicha instancia recibió este día el estudio del EAAF, "el cual será analizado por el Ministerio Público de la Federación".
Asimismo, dijo que este caso no está cerrado: "Las investigaciones continúan y seguirán hasta que el último responsable sea consignado ante la autoridad judicial".
Los 43 estudiantes de la escuela rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron la noche del 26 de septiembre luego de que un grupo de policías municipales de Iguala dispararon contra los autobuses en los que viajaban.
Los estudiantes iban de regreso a su localidad después de que habían ido a Iguala a solicitar donaciones.
En el ataque, resultados seis personas muertas y otras 25 heridas.
El ex titular de la fiscalía mexicana, Jesús Murrillo Karam, aseguró en noviembre de 2015 que, como parte de las primeras investigaciones, se deduce que los policías municipales entregaron los estudiantes al Cártel Guerreros Unidos, quienes supuestamente los asesinaron e incineraron en un basurero del municipio de Cocula.
Los familiares de los estudiantes han rechazado dicha versión, al asegurar que no existen suficientes pruebas para determinar que sus hijos hayan muerto. Incluso, creen que sus hijos podrían estar secuestrados por el Ejército, una versión que el Gobierno ha desechado por completo.
El Gobierno del presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha expresado su voluntad de seguir investigando el caso a fin de esclarecer el hecho y castigar a los responsables.
Las autoridades sólo han identificado los restos de dos estudiantes: Alexander Mora y Jhosivani Guerrero.
En noviembre pasado, la PGR de México integró la Unidad Especializada que investiga el caso bajo la dirección de José Aarón Pérez Carro, y en la que colabora el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la OEA.
También envió a la Universidad de Innsbruck, en Austria, un análisis de restos óseos extraídos de la zona para corroborar si corresponden a los jóvenes desaparecidos.
"La prioridad para esta Representación Social es el derecho de las víctimas y sus familias a la verdad. Por ello, se continuará con las reuniones que han venido sosteniéndose con familiares, representantes legales y el GIEI. La próxima reunión está programada para el 18 de febrero", finalizó la PGR en el comunicado.