RIO DE JANEIRO, 19 feb (Xinhua) -- El Gobierno brasileño anunció hoy que espera una contracción económica este año del 2,9 por ciento, y que la inflación debe situarse en el 7,10 por ciento, superando nuevamente la meta y el límite establecido por el Ejecutivo, de 4,5 y 6,5 por ciento respectivamente.
En una rueda de prensa conjunta, el ministro de Planificación, Valdir Simao, y el de Hacienda, Nelson Barbosa, explicaron los nuevos cálculos gubernamentales para este año, que empeoran los anteriores, cuando se calculó que el Producto Interior Bruto (PIB) se contraería un 1,9 por ciento y que la inflación sería del 6,47 por ciento, dentro del límite marcado.
Las nuevas proyecciones del Gobierno brasileño son, sin embargo, más optimistas que las del mercado financiero, que este lunes aseguró que el PIB debe caer este año 3,33 por ciento, y la inflación debe ser del 7,61 por ciento, superando el techo impuesto.
Por su parte, el Banco Central fue más pesimista y situó una caída económica este año de 4,08 por ciento.
De confirmarse ambos pronósticos, será la primera vez que Brasil encadena dos años seguidos de crecimiento económico negativo desde 1930.
Aunque los datos oficiales sobre el resultado del PIB de 2015 sólo se conocerán el 3 de marzo, el mercado financiero espera una contracción del 3,71 por ciento, mientras que el propio Gobierno y el Banco Central admiten que el resultado será negativo, el peor en 25 años.
Ya la inflación superaría por segundo año seguido el límite impuesto por el Gobierno, después de que en 2015 cerrara en 10,67 por ciento, el peor resultado desde 2002 y más de 4 puntos por encima del techo marcado.
En la misma rueda de prensa, Simao y Barbosa anunciaron un corte en los gastos públicos para este año de 23.400 millones de reales (unos 5.780 millones de dólares), con la intención de lograr superávit primario este año del 0,5 por ciento del PIB.
Se trata del recorte más bajo anunciado por el Gobierno brasileño desde 2010 y muy inferior a los 69.900 millones de reales (unos 17.260 millones de dólares).
Los ministros aseguraron que los recortes afectarán lo mínimo posible a los programas de ayuda y asistencia social a los más desfavorecidos.