Luego de dos décadas de distanciamiento, por muchos considerado injustificado y absurdo, este viernes Cuba y la Unión Europea concluyeron las negociaciones para la futura rúbrica de un Acuerdo Marco que abrirá el camino hacia la profundización de las relaciones bilaterales entre el bloque y la nación caribeña.
Un paso que deja atrás la denominada "Posición Común", instrumento político propuesto por el expresidente español José María Aznar en 1996, y secundado por los restantes países miembros de la Unión Europea, en un intento por aislar a Cuba del resto del mundo al condicionar la cooperación a avances en materia de derechos humanos en la Isla.
"Algunos expertos incluso afirman que el bloque asumió esa posición como parte de un pacto secreto entre los gobiernos europeos y Estados Unidos, pues coincide en el tiempo con la promulgación en Washington de la Ley Helms-Burton que arreció considerablemente los efectos nocivos del bloqueo económico impuesto por la Casa Blanca a Cuba en 1961", advirtió la experta en temas internacionales Elsa Claro.
En entrevista concedida a Xinhua, Claro consideró además que se trató de un compromiso adquirido entre ambas partes para asfixiar a La Habana y ubicarla como la única nación de América Latina que no mantenía un acuerdo de diálogo político con la Unión Europea ni con Estados Unidos.
No obstante, los nexos fueron estrechándose de manera individual entre gran parte de los 28 países miembros y Cuba con el paso de los años, hasta situar al conjunto de estados europeos en el segundo puesto de los que mantienen relaciones económicas con la Isla, después de Venezuela.
Cifras oficiales apuntan incluso que el comercio con los países del viejo continente representa el 22 por ciento de los intercambios totales de la Isla.
"Eso dice mucho de las inversiones de Francia, España, Portugal, Italia y otros, en distintas esferas de la economía cubana, particularmente el turismo que ha sido impactado de manera positiva por esa nueva postura de cooperación, diálogo y entendimiento", subrayó a Xinhua Raynier Pellón, investigador del Centro de Estudios de Europa de la Universidad de La Habana.
Dicotomía de posturas que según la también periodista Claro responde más al pragmatismo empresarial de los grandes consorcios que a posiciones políticas revanchistas.
Esta sentencia quedó ratificada esta jornada por la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, quien desde la capital cubana anunció la noticia de la adopción de un acuerdo de diálogo político y cooperación bilateral entre las partes.
"El fin de las negociaciones marca el final de la Posición Común como instrumento que define las relaciones exteriores de la Unión Europea con Cuba (...) esto significa que propondré al Consejo Europeo finalizar esta política y ellos tomarán una decisión sobre esto. Luego en ese momento terminará de manera oficial la Posición Común", adelantó.
En compañía del canciller anfitrión, Bruno Rodríguez, la diplomática europea calificó de histórico el acto, mientras destacó que el referido convenio tiene como propósito fundamental promover y ampliar las oportunidades para la colaboración económica, financiera y comercial entre el bloque y la Isla.
"Tenemos mucha historia en común, un presente dinámico y un futuro aún mejor, así que no existe esa noción de que Europa regresa a Cuba por algo. Otros tienen la geografía de su lado más que la historia", indicó Mogherini en rueda de prensa ofrecida hoy en el Ministerio de Relaciones Exteriores de La Habana.
Sin embargo, para Claro estas palabras encierran un mensaje, pues no escapa del hecho de que el viejo continente no desea quedar rezagado ante un escenario donde Estados Unidos entra de nuevo como un fuerte contendiente para el resto del orbe, con respecto a los vínculos comerciales con Cuba.
"Si finalmente se levanta el bloqueo como está planteado, tendrá Europa un competidor de alto calibre, sobre todo por la cercanía geográfica que es una ventaja innegable de los Estados Unidos con relación a las naciones europeas", señaló.
También existe preocupación por parte del bloque ante el acercamiento de países asiáticos y de Europa del Este no solo con La Habana, sino con el resto de Latinoamérica, lo cual advierte que las oportunidades en la región se pueden esfumar, consideró Claro.
"Por ejemplo el puerto del Mariel (occidente de Cuba) con su capacidad de desarrollo aún por explotar es un gran atractivo para los inversionistas, pues sin duda se convertirá en un punto de recalo entre Europa, Asia y el continente americano", precisó la experta en temas internacionales.
Esto unido a la expansión del canal de Panamá y la construcción del de Nicaragua, lo cual dinamizará el tránsito interoceánico, colocará una vez más a Cuba como la "llave del Golfo" , como fue calificada el pasado siglo por su envidiable ubicación geográfica.
"Es importante para nuestra economía atraer capital extranjero, en particular se apuesta a la Zona de Desarrollo del Mariel para convertirlo en uno de los principales puertos que conecte América con Europa, y en ese sentido el bloque y Cuba perciben la importancia de ampliar su cooperación", precisó a Xinhua el catedrático Pellón.
Claro a su vez significó que la Isla tiene mucho más para ofrecer, como es el caso de la existencia probada de petróleo en aguas profundas de la costa noroccidental de la nación caribeña, un campo aún por explotar donde ya han participado empresas europeas, dentro de ellas la noruega Statoil y la española Repsol.
"Europa directa o tangencialmente va a seguir compitiendo con Estados Unidos y todos van a seguir interesándose en el comercio con Cuba de cualquier índole: importaciones, exportaciones (industria biotecnológica, talento humano), inversiones, etc", aseguró la analista.
Datos oficiales confirman que desde el año 2008 la Mayor de las Antillas ha suscrito convenios con 19 países miembros de la Unión Europea, lo cual revela, a juicio del canciller cubano Bruno Rodríguez, la voluntad de ambas partes por oficializar en conjunto un Acuerdo Marco que expanda la colaboración bilateral.
"A partir de hoy se abre una nueva etapa que nos permitirá continuar nuestras provechosas relaciones, proponernos objetivos ambiciosos y alcanzar resultados en las mejores tradiciones de los vínculos entre Europa y Cuba", sentenció el ministro en declaraciones a la prensa.
Anuncio que cerró dos años de conversaciones cuando en abril de 2014, Cuba y la Unión Europea informaron el inicio de los diálogos; resultado de la decisión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores del bloque el 10 de febrero del mismo año de invitar a la Isla, propuesta aceptada por La Habana un mes más tarde.
El proceso culminado este viernes fue definido por Rodríguez como "dinámico, riguroso y no exento de complejidades (...) donde persisten diferencias en algunos ámbitos que podemos manejar de común acuerdo y en provecho de nuestros pueblos y relaciones bilaterales tradicionales".
El encuentro entre el canciller cubano y la representante europea fue el segundo, luego de que en marzo del pasado año ambos diplomáticos se reunieran en La Habana para debatir sobre algunos puntos en conflicto que frenaban la concreción de un pacto, dentro de los cuales sobresalió el tema de los derechos humanos.
A pesar de las diferencias existentes, el asunto "quedó de una forma aceptable para ambas partes, que estamos comprometidas con la protección y promoción de todos los derechos humanos", consideró recientemente el vicecanciller caribeño Abelardo Moreno.
El diplomático cubano ofreció tales declaraciones la pasada semana al concluir en Cuba la VII Ronda de Negociaciones con la participación del secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Globales del Servicio Europeo de Acción Exterior, Christian Leffler.