Cuba demanda a EEUU igualdad de condiciones para intercambio económico

Actualizado a las 18/03/2016 - 08:46

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Un tema acapara titulares y colma la agenda, no sólo mediática, sino también cotidiana de los cubanos, porque nadie está ajeno ni indiferente ante el arribo a La Habana el próximo domingo del presidente estadounidense Barack Obama.

En las calles se comenta, e incluso se especula, sobre las repercusiones que tendrá esta visita, la primera de un mandatario estadounidense en los últimos 88 años; un hecho de gran trascendencia para impulsar y hacer "irreversible" el proceso de normalización de las relaciones bilaterales, según el propio Obama.

"Estamos muy esperanzados con la llegada del presidente Obama, pues quisiéramos que esto ayude a que se adoptaran mayores y mejores medidas de impacto en beneficio de nuestro pueblo", dijo a Xinhua Alicia García, una trabajadora estatal.

Pero todo pasa por un reclamo generalizado, el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto unilateralmente por Washington en 1961, con el propósito de provocar miseria y desesperación en la población para, a través de un levantamiento social, derrocar a la pujante Revolución Cubana.

Luego de 55 años de infructuosa permanencia de esa hostil política, considerada por las autoridades caribeñas como el principal obstáculo para el desarrollo económico pleno del país, el bloqueo sigue vigente a pesar de las recientes medidas adoptadas por Obama el pasado 15 de marzo.

Iniciativas reconocidas este jueves por el canciller cubano Bruno Rodríguez, en conferencia de prensa ofrecida a medios nacionales e internacionales, pero al mismo tiempo cuestionadas debido al "limitado alcance" en la aplicación de las mismas.

"Son medidas positivas, cuya profundidad habrá que establecer en los hechos. En estos momentos estamos estudiando su alcance y efectos prácticos para comprobar su viabilidad", declaró el ministro de Relaciones Exteriores de La Habana.

En este sentido destacó la autorización por parte de la Casa Blanca a que Cuba utilice el dólar estadounidense para realizar sus transacciones internacionales, aunque señaló que para hacer posible su aplicación se requerirán aclaraciones legales que den seguridad jurídica y política, tanto a los bancos extranjeros como norteamericanos.

Sólo así se podrá poner fin a la persecución que durante décadas el Departamento del Tesoro ha protagonizado contra Cuba y revertir los "efectos intimidatorios" generados por las sanciones impuestas a entidades financieras por relacionarse con la Isla, cuyas multas superan ya el monto de 14.000 millones de dólares.

Rodríguez también anunció que en los próximos días el gobierno de La Habana intentará realizar transferencias en dólares para verificar si éstas pueden concretarse.

Asimismo, en retribución a lo dispuesto por Obama, Cuba decidió eliminar el gravamen del 10 por ciento que se aplica al dólar estadounidense cuando ingresa en la Isla.

El canciller recordó que el gobierno caribeño dispuso establecer la referida regulación en el año 2004 para el uso de dinero en efectivo, como medida de defensa ante el fortalecimiento de la persecución financiera de Estados Unidos contra las operaciones internacionales de Cuba.

"Esto ha servido para compensar a entidades cubanas de los riesgos debido a las regulaciones para el uso del dólar estadounidense. Aunque debo aclarar que sólo después que se compruebe la posibilidad del uso del dólar se hará efectiva la misma, mientras haya persecución financiera habrá gravamen", enfatizó el titular de exteriores.

Esta posición es compartida por Luis Amézaga, un jubilado residente en La Habana, quien al ser consultado por Xinhua dijo que la comparecencia del canciller es oportuna, clara y directa.

"Recogió el sentir de la mayoría de los cubanos e incluso nos ilustró sobre algunos aspectos que desconocíamos porque las medidas de Obama fueron bien recibidas pero no es justo que venga una avalancha de productos norteamericanos mientras a los nuestros se les prohíbe su entrada en Estados Unidos", señaló.

Por su parte, Lizbeth Pérez, trabajadora por cuenta propia, estuvo también muy atenta a la alocución del ministro cubano y coincidió en que la visita del jefe de Estado estadounidense debe traer como resultado pronunciamientos sobre nuevas inversiones en el país, más allá de las anunciadas en el sector de las telecomunicaciones.

"Si verdaderamente nos quieren ayudar como dice Obama, ese es un paso importantísimo que deberían dar. Ahí está el puerto del Mariel y las múltiples oportunidades que eso permite porque beneficiar a un solo sector como lo es el privado, aunque yo pertenezca a él, eso no responde a las necesidades de la mayor parte de nuestro país", subrayó.

Más allá de las valoraciones, suposiciones y recomendaciones, en un hecho concuerdan todos, el presidente Obama será acogido con la hospitalidad y el respeto que distingue a los cubanos.

Así lo confirmó Vladimir Verrier, un joven estudiante universitario, quien anunció que como todos los habitantes de esta Isla estará muy pendiente de la agenda de Obama y de sus palabras.

"Como todo visitante ilustre lo vamos a recibir con cordialidad y esperamos que su visita contribuya a impulsar aún las relaciones de modo constructivo en la búsqueda de soluciones a las diferencias que tenemos desde hace muchos años", precisó.

Voluntad y compromiso, hasta el momento, se aprecia en ambas partes; cada una con sus particularidades, reclamos, objetivos trazados e intransigencias pero con el rumbo bien definido hacia un proceso de normalización de relaciones del cual cada país espera percibir resultados distantes aunque no menos atractivos, desafiantes y prometedores.