EL CAIRO, 18 mar (Xinhua) -- Los estrechos callejones del ancestral bazar Khan el-Khalili en la zona antigua de El Cairo, Egipto, se ven inusualmente vacíos, salvo por unos cuantos turistas extranjeros y vendedores locales.
"Esta imagen es rara para nosotros", dijo Hassan Sadeq, propietario de una tienda de antigüedades del mercado. "He trabajo aquí durante 25 años y nunca había visto días tan malos".
El turismo en este país de Medio Oriente recibió un duro golpe desde que un avión ruso fue derribado en octubre pasado sobre Sinaí del Norte.
Los hechos llevaron a algunos países, incluyendo a Reino Unido y Rusia, a suspender sus vuelos hacia Egipto, lo que ha agravado la recesión del ya golpeado sector turístico que siempre fue una importante fuente de ingresos y de reservas de divisas.
Esto ha dejado al mercado Khan al-Khalili, uno de los más famosos y más antiguos bazares de la región, casi aislado.
El bazar, que se remonta al año 1382 d.C., se encuentra en el corazón del viejo distrito islámico de El Cairo y es considerado una de las más importantes atracciones turísticas del país árabe más populoso.
El número de turistas en el antes atestado mercado ha bajado, lo que ha afectado a los comerciantes y a sus alguna vez florecientes negocios.
"Es la temporada turística en El Cairo, pero las condiciones políticas y de seguridad han provocado una fuerte baja en el número de turistas", dijo Sadeq mientras limpiaba un trapo blanco una imitación de la máscara dorada de una reina faraónica.
"Ahora apenas ganamos lo suficiente para cubrir el costo del negocio", dijo. "Queremos que el negocio se recupere".
Sadeq, de 42 años de edad, recordó la época en la que el bazar era la principal atracción de El Cairo para turistas y locales.
"La visita a Egipto está incompleta sin una visita a Khan el-Khalili", dijo. "Es un gran destino para los turistas por su valor histórico y por los bajos precios de todo".
Y es muy cierto.
El mercado tiene todo lo que un turista pueda necesitar, desde antigüedades hasta perfumes hechos en casa y especias de todo tipo.
Al recorrer los estrechos callejones del bazar surgen en cada esquina el brillo de los artefactos dorados y de vidrio hechos a mano, las alfombras y los trajes para la danza del vientre que dan un gran encanto al antiguo mercado.
Aunque ha sido modernizado, el bazar aún mantiene su antiguo carácter islámico con decenas de estructuras y hoteles viejos en el distrito comercial.
Además hay cafeterías, restaurantes y vendedores ambulantes de comida distribuidos por todo el mercado para atender a los turistas.
Pero para los propietarios de los comercios, la belleza y el valor del lugar carecen de sentido sin una afluencia constante de turistas.
"Podría cerrar mi café si las cosas siguen así", dijo Abdul Rauf Hussein, propietario de la cafetería Zahraa.
El hombre, que ha tenido su negocio en el bazar durante décadas, dice que los egipcios no pueden reemplazar a los turistas extranjeros porque simplemente no les gusta gastar dinero en el mercado.
"Muchos visitantes egipcios vienen aquí para conocer extranjeros, a los que apenas vemos por aquí", dijo con desgano.
"Por eso es que podría dejar el bazar y abrir un negocio en otro lugar. No tengo idea de cuándo revivirá el turismo", dijo.