LA HABANA, 22 mar (Xinhua) -- Las repercusiones de la recién concluida visita oficial a Cuba del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no cesan, como tampoco lo hacen los análisis e interpretaciones de sus intervenciones, todas ellas transmitidas en vivo en esta nación.
Su mensaje de reconciliación y respeto, al igual que la invitación cursada al pueblo para impulsar trasformaciones en el modelo socio-económico de la isla, son elementos que llaman no solo al debate, sino sobre todo a la reflexión.
"A pesar de esas pretensiones, la visita de Obama no va a generar cambios sustantivos en la realidad de la Cuba de hoy", afirmó este martes el politólogo y profesor titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de la isla Luis Suárez.
En una entrevista concedida a Xinhua, el también investigador y autor de varios libros sobre las relaciones de Estados Unidos con América Latina, enfatizó que la visita del mandatario norteamericano no tendrá un "efecto catalizador" en ese sentido, pero reconoció el impacto positivo en otros aspectos.
"Dejó una esperanza de que gran parte de los problemas que han estado gravitando sobre nuestro país, como parte de la política hostil norteamericana, puedan tener una mejoría y apreciarse beneficios concretos que favorezcan el contexto mismo en el que se está desarrollando el proceso de actualización del modelo socialista cubano", consideró.
En el plano diplomático, indicó el experto, constituyó una demostración de la importancia que le atribuyen la administración de Obama, los sectores económicos y políticos que en Estados Unidos respaldan su decisión y el propio pueblo norteamericano a que se avance en el "largo y complejo" proceso de normalización de las relaciones bilaterales.
Otro resultado a subrayar, opinó Suárez, fue la "franqueza" con que ambas partes admitieron que este camino iniciado el 17 de diciembre de 2014 no está exento de contradicciones, como las diferencias existentes en temas como los derechos humanos, la democracia y el ordenamiento económico y social de cada país.
"Hay pleno conocimiento de esto, por eso los dos presidentes coincidieron en afirmar que estas diferencias serán abordadas de manera honesta, respetuosa y constante, porque el camino del diálogo y el entendimiento es el elegido para establecer relaciones de igualdad", enfatizó.
Sin embargo, el politólogo cuestionó la "narrativa edulcorada" y la "mirada mesiánica" con que Obama intentó ilustrar al pueblo cubano sobre el funcionamiento de la sociedad estadounidense.
"Estados Unidos es uno de los países con mayores deficiencias y carencias con respecto al tema de los derechos humanos. Por eso no tiene autoridad moral para proclamarse ante Cuba como el modelo a seguir al respecto, ni la mejor democracia que se pudiera construir, sobre todo porque se hace sobre bases liberales y plutocráticas, de los ricos, por los ricos y para los ricos", criticó Suárez.
El analista internacional reprochó la insistencia de Obama en colocar en el centro de sus intervenciones como único sujeto social de su interés en Cuba al emergente sector privado, más conocido en la isla como cuentapropistas.
"Hay una lógica entre el discurso y los métodos actuales que intentan producir cambios desde dentro en el sistema cubano. Hay también una correlación entre las medidas económicas adoptadas apuntando a favorecer ese sector y el proyecto trazado de avanzar por otros caminos hacia el perseguido cambio", advirtió.
En este sentido, el investigador cubano se refirió a las disposiciones anunciadas por Obama cinco días antes de su llegada a La Habana el pasado domingo, y destacó como la de mayor impacto la autorización a Cuba de utilizar el dólar en sus transacciones financieras internacionales.
De acuerdo con Suárez, esta medida "erosiona" el carácter extraterritorial del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto unilateralmente por Estados Unidos en 1961.
"La visita de Obama también creó un efecto demostración, de alguna forma consolidó la percepción de los empresarios y hombres de negocios sobre las oportunidades de inversión en Cuba y eso va a generar un entorno más favorable para continuar avanzando en el desarrollo económico del país", apuntó.
El académico caribeño igualmente elogió la osadía de Obama de emprender un cambio de política hacia Cuba y dejar constancia de ese legado con su reciente visita de tres días a la isla, donde tuvo la libertad de expresar sus ideas y diferencias con el liderazgo político de la nación.
No obstante, observó Suárez, el futuro de este proceso y la dinámica a seguir en adelante van a depender en gran medida de los resultados en las elecciones estadounidenses de este año, tanto presidenciales como al Congreso.
"El futuro al final termina siendo un campo de batalla entre intereses económicos y políticos distintos que pugnan por defender su poder y eso da muchos escenarios posibles. Aunque se aprecia una tendencia de continuar la normalización de las relaciones, tal vez de una manera más lenta o más rápida, según se modifique la correlación de fuerzas", vaticinó.
Por su parte, los aspirantes a la presidencia con más posibilidades, Hillary Clinton por los demócratas y Donald Trump en representación de los republicanos, se han mostrado a favor de mantener las relaciones diplomáticas con Cuba y trabajar en pos de un mayor acercamiento e intercambio comercial.