I. Violación gratuita de los derechos civiles
Los derechos civiles fueron violados de forma gratuita en Estados Unidos en 2015, con crecientes delitos relacionados con armas, un uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, grave corrupción en las cárceles y frecuentes casos de obtención ilegal de información personal.
La vida y la seguridad de las propiedades de los ciudadanos se vieron amenazadas por los delitos violentos. De acuerdo con el informe "El crimen en Estados Unidos" publicado por el FBI en 2015, se estima que ocurrieron 1.165.383 crímenes violentos en todo el país en 2014, de los cuales 14.249 fueron asesinatos; 84.041 fueron violaciones; 325.802, robos; y 741.291, asaltos a mano armada. En todo el país hubo una cantidad estimada de 8.277.829 delitos contra la propiedad, en los que las víctimas sufrieron pérdidas que se estiman en 14.300 millones de dólares. Las estadísticas muestran que la tasa de delitos violentos fue de 365,5 infracciones por 100.000 habitantes y que la de delitos contra la propiedad se situó en 2.596,1 por cada 100.000 habitantes (www.fbi.gov). Muchas ciudades estadounidenses registraron grandes incrementos de los delitos en la primera mitad de 2015: la tasa de asesinatos subió un 48 por ciento en Baltimore y un 59 por ciento en St. Louis en comparación con el mismo periodo del año anterior, según un artículo publicado en el sitio web de The Economist el 1 de diciembre de 2015 (www.economist.com, 1 de diciembre de 2015). El Centro Nacional de Pandillas de Estados Unidos destacó que en los últimos cinco años el país ha experimentado un incremento del 8 por ciento en el número de pandillas, un aumento del 11 por ciento en los miembros y una subida del 23 por ciento en los homicidios relacionados con estos grupos (www.usnews.com, 6 de marzo de 2015).
El derecho a la vida de los ciudadanos no pudo garantizarse con el uso descontrolado de armas de fuego. Las estadísticas muestran que había más de 300 millones de armas de fuego en Estados Unidos, que tiene una población de más de 300 millones de habitantes. A lo largo de la década pasada, más de cuatro millones de ciudadanos estadounidenses fueron víctimas de asaltos, robos y otros delitos relacionados con armas de fuego. De acuerdo con un informe del Archivo de Violencia con Armas, hubo un total de 51.675 incidentes de violencia con armas en Estados Unidos el año pasado, según los datos hasta el 28 de diciembre, incluidos 329 tiroteos masivos. En total, 13.136 personas murieron y 26.493 resultaron heridas (www.gunviolencearchive.org, 28 de diciembre de 2015). Según el informe "El crimen en Estados Unidos" emitido por el FBI en 2015, se utilizaron armas de fuego en el 67,9 por ciento de los asesinatos, el 40,3 por ciento de los robos y el 22,5 por ciento de los asaltos a mano armada ocurridos en el país en 2014 (www.fbi.gov).
El uso excesivo de la violencia por parte de la policía violó gravemente los derechos humanos. El uso excesivo de la violencia por parte de la policía en la aplicación de la ley resultó en un gran número de víctimas civiles. Un total de 965 personas murieron por disparos de la policía el año pasado hasta el 24 de diciembre, según los datos del Washington Post (www.washingtonpost.com, 24 de diciembre de 2015). Un afroamericano de 25 años de edad, Freddie Gray, murió mientras estaba bajo custodia de la policía en Baltimore. Su muerte prendió las protestas que se desarrollaron bajo el lema "Justicia para Freddie" (www.usatoday.com, 22 de diciembre de 2015). Indignados porque llevó demasiado tiempo acusar a un agente de policía de Chicago de la muerte por disparos del afroamericano Laquan MacDonald, los manifestantes salieron a la calle para reclamar justicia por su fallecimiento. El agente tenía un historial de 20 quejas cuando disparó al joven, de 17 años de edad, pero ninguna de ellas había resultado en medidas disciplinarias (edition.cnn.com, 26 de noviembre de 2015). De acuerdo con una información de NBC News del 19 de noviembre de 2015, los manifestantes acamparon en el exterior de una comisaría de policía en Minneapolis después de que el afroamericano de 24 años Jamar Clark muriese por disparos cuando ya estaba bajo control policial. Las protestas se volvieron violentas más adelante (www.nbc.com, 19 de noviembre de 2015).
El gobierno violó la privacidad de los ciudadanos al obtener de forma ilegal información personal. Según una información difundida en el sitio web del Washington Post el 1 de diciembre de 2015, el FBI utilizó autoridad especial para obligar a las firmas de internet a entregar información de usuarios, incluidos historiales de navegación completos, sin aprobaciones judiciales (www.washingtonpost.com, 1 de diciembre de 2015). De acuerdo con un informe publicado por el Centro de Investigaciones Pew el 29 de mayo de 2015, la mayoría de los estadounidenses se oponen a que el gobierno reúna datos de ciudadanos en grandes cantidades; dos terceras partes creen que no hay límites adecuados sobre qué tipos de datos se pueden recopilar; y el 61 por ciento dicen que han pasado a tener menos confianza sobre que los programas estén sirviendo al interés público. El 54 por ciento de los estadounidenses desaprueba que el gobierno reúna datos de teléfono e internet como parte de la lucha contra el terrorismo y el 74 por ciento manifiesta que no se debería renunciar a la privacidad y la libertad en aras de la seguridad. La mayor parte consideran que es importante controlar quién puede tener acceso a su información (el 93 por ciento), así como qué información sobre ellos se recopila (el 90 por ciento), según la misma fuente (www.pewresearch.org, 29 de mayo de 2015).
Los guardias de prisiones pisotearon de forma displicente los derechos humanos de los presos. De acuerdo con una serie de reportajes publicados en el sitio web del Miami Herald en diciembre de 2015, la Institución Correccional de Lowell, la mayor cárcel de mujeres del país, se vio afectada por corrupción, tormentos y abusos sexuales. Los guardias tomaron como prostitutas a centenares de internas y las presionaron para tener sexo a cambio de cubrir necesidades básicas, de protección contra abusos o de recompensas. Un total de 57 presas murieron mientras se encontraban en el recinto en los últimos 10 años. Aquellas que llegaron a un hospital no están contabilizadas (www.miamiherald.com, 12, 13 y 16 de diciembre de 2015). El Washington Post informó en su sitio web el 13 de mayo de 2015 de que un guardia de la cárcel del condado de Fairfax mató a una mujer con una enfermedad mental, Natasha McKenna, con una pistola eléctrica taser (www.washingtonpost.com, 13 de mayo de 2015). Fox News informó el 9 de abril de 2015 en su sitio web de que guardias de una prisión de Florida fueron acusados de abusar de internos e incluso de matarlos. En un caso, un preso con una enfermedad mental, Darren Rainey, fue obligado a tomar una ducha de dos horas con una temperatura del agua supuestamente establecida en 180 grados Fahrenheit (más de 82 grados centígrados). A pesar de que pidió ayuda, nadie acudió. Supuestamente falleció después de que parte de la piel quemada se le separase del cuerpo (www.foxnews.com, 9 de abril de 2015).