II. Derechos políticos no salvaguardados de forma efectiva
En 2015 la política del dinero y la de vínculos familiares fueron de mal en peor en un país en el que los votantes encontraron difícil expresar su voluntad real y en el que hubo discriminación por las creencias en la vida política. Además, el derecho de los ciudadanos a la información se reprimió más. No fue una sorpresa que el ex presidente estadounidense Jimmy Carter declarase que "Estados Unidos ya no es una democracia" (www.huffingtonpost.com, 3 de agosto de 2015).
La política del dinero reveló la hipocresía en la democracia. A pesar de que las leyes de Estados Unidos establecen un máximo para la cuantía de las donaciones individuales a los candidatos presidenciales, no existe tal límite para las contribuciones de individuos y corporaciones a los super PAC. USA Today informó el 10 de abril de 2015 de que los aliados de al menos 11 aspirantes a la Casa Blanca habían puesto en marcha comités para recaudar dinero ilimitado para apoyar sus campañas (www.usatoday.com, 10 abril de 2015). Los candidatos presidenciales y los super PAC recaudaron en torno a 380 millones de dólares en medio año. Hubo más de 60 donaciones con un valor de más de un millón de dólares cada una y representaron en torno a un tercio de las aportaciones totales. La mitad de la cuantía procedía de aquellos que donaron más de 100.000 dólares y los fondos conjuntos de los 67 mayores donantes fueron más de tres veces los de los 508.000 donantes con las contribuciones más pequeñas (www.aol.com, 1 de agosto de 2015; www.politico.com, 1 de agosto de 2015). De acuerdo con una información del blog financiero Zero Hedge, entre 2007 y 2012, 200 de las corporaciones estadounidenses más activas políticamente destinaron de forma conjunta 5.800 millones de dólares a presiones federales y contribuciones a campañas. Lo que aportaron palidece comparado con lo que esas mismas corporaciones obtuvieron: 4,4 billones de dólares en negocios federales y apoyos. Puesta en contexto, la suma representa dos tercios de lo que los contribuyentes individuales pagaron a las arcas federales. Por cada dólar destinado a influir en política, las corporaciones más activas políticamente del país recibieron 760 dólares del gobierno (www.zerohedge.com, 16 de marzo de 2015). Jimmy Carter afirmó que, al ser el soborno político ilimitado la esencia para obtener las nominaciones a presidente o para ser elegido presidente, el sistema político de Estados Unidos se ha transformado en un pago a los grandes aportadores (www.huffingtonpost.com, 3 de agosto de 2015). Se indicó en el Discurso del Estado de la Unión de 2016 del presidente de Estados Unidos que un reducido número de familias e intereses ocultos estaban ejerciendo su influencia sobre las elecciones a través de su financiación.
La política de vínculos familiares estaba dirigiendo las elecciones gubernamentales en Estados Unidos. En las elecciones presidenciales de 2016 más de un candidato está relacionado de forma obvia con la política de vínculos familiares. El New York Times concluyó, a través del análisis de macrodatos, que las ventajas de la generación del padre juegan un papel en política de forma evidente. Las posibilidades de convertirse en presidente de un hijo de un presidente de Estados Unidos son 1,4 millones de veces superiores a las de sus posibles contrincantes. Además, las posibilidades de que el hijo de un gobernador sea elegido gobernador son 6.000 veces mayores que las de la población en general. En cuanto a las posibilidades del hijo de un senador de llegar a ser senador, son 8.500 veces más elevadas que las de la gente común de Estados Unidos (www.nytimes.com, 22 de marzo de 2015). El Washington Post publicó el 16 de enero que, desde la creación de la república, el 8,7 por ciento de los miembros del Congreso han sido personas estrechamente relacionadas con alguien que ya había formado parte del mismo. La información también destacaba que la sensación de cargos heredados se podía percibir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, dado que entre los candidatos que previsiblemente serían anunciados se incluían el hijo de un gobernador y candidato presidencial; el hijo de un congresista y candidato presidencial; la mujer de un presidente; y el hermano de un presidente, hijo de un presidente y nieto de un senador (www.washingtonpost.com, 16 de enero de 2015).
La discriminación por motivos de creencias condujo a injusticias en la vida política. No creer en Dios podría ser la mayor desventaja si se compite por un puesto público. Ha sido difícil para aquellos que no creen en Dios ganar elecciones y para quienes no siguen una creencia religiosa las posibilidades de vencer en una elección han sido menores. En una encuesta de Pew de mayo de 2014, el ateísmo aparecía como el factor que más descalificaba a un potencial candidato presidencial, de acuerdo con una información publicada en el sitio web del Washington Post el 22 de septiembre de 2015. Más de la mitad de las personas dijeron que votarían menos probablemente a alguien que no creyese en Dios. Otro sondeo de Pew de julio de 2014 concluyó que, de todos los grupos relacionados con la religión, los ateos y los musulmanes son vistos de manera más negativa por los estadounidenses (www.washingtonpost.com, 22 de septiembre de 2015).
Los derechos electorales de los ciudadanos se vieron más limitados. Según una información del sitio web de U.S. News & World Report del 4 de agosto de 2015, desde 2010 un total de 21 estados habían aprobado nuevas leyes para limitar el ejercicio del voto. Algunos estados acortaron el tiempo para el voto temprano, mientras que otros limitaron el número de documentos que identificaban a una persona como votante legítimo. Un total de 14 estados desarrollarán nuevas medidas para limitar el ejercicio del sufragio por primera vez en las elecciones presidenciales de 2016. El derecho al voto se vio afectado por la atroz competencia entre los dos partidos. Un candidato del Partido Demócrata acusó a los candidatos del Partido Republicano a la Presidencia de haber intentado evitar "sistemática y deliberadamente" que millones de estadounidenses votasen, con el fin de ganar las elecciones (www.usnews.com, 4 de agosto de 2015). Una información de USA Today, publicada en su sitio web el 20 de marzo de 2015, señalaba que el país registró la participación más baja en unas elecciones a mitad de mandato desde comienzos de los años 40. La participación media en Estados Unidos fue del 37 por ciento y la cifra más baja fue la de Indiana, con un 28,8 por ciento (http://www.usatoday.com, 20 de marzo de 2015).
Resultó difícil para los votantes expresar su voluntad real. The Christian Science Monitor publicó una información en su sitio web el 13 de diciembre de 2015 acerca de que el sistema del bipartidismo obligaba a los votantes a tomar parte por uno de ellos. La mayoría de los votantes emiten su voto a favor de un partido no porque lo respalden, sino por miedo y preocupación respecto al otro (www.csmonitor.com, 13 de diciembre de 2015). En el Discurso del Estado de la Unión de 2016 del presidente de Estados Unidos se dijo que la práctica de dibujar los distritos electorales condujo a una situación en la que "los políticos pueden escoger a sus votantes y no al revés". Agregaba que "el rencor y los recelos entre los partidos han ido a peor, en lugar de a mejor".
El derecho de los ciudadanos a la información fue obstaculizado por el gobierno. De acuerdo con una información de AP del 13 de marzo de 2015, las autoridades estuvieron socavando las leyes que se supone que garantizan el derecho de los ciudadanos a la información y los sistemas creados para dar a los ciudadanos información sobre su gobierno fueron seriamente dañados. Además, se estaba haciendo más difícil y más caro utilizar registros públicos para hacer rendir cuentas a los funcionarios gubernamentales (www.ap.org, 13 de marzo de 2015). La CNN informó el 13 de febrero de 2015 de que periodistas y autoridades de supervisión de la información consideraron al gobierno estadounidense como una de las administraciones menos transparentes. Al menos 15 periodistas fueron arrestados en las protestas de Ferguson (edition.cnn.com, 13 de febrero de 2015).