La política exterior de Estados Unidos siempre ha sido criticada por tener una doble moral, pero luego de que la candidata presidencial estadounidense Hillary Clinton admitió recientemente que cometió un error al votar en favor de la guerra contra Irak surge la duda de si Estados Unidos aprenderá alguna vez de sus errores.
El tema de la intervención en los asuntos internos de otros países siempre ha sido un sello característico de la política exterior estadounidense, a pesar de las reiteradas declaraciones de funcionarios de Estados Unidos sobre el respeto de su país a la soberanía nacional de otras naciones.
Estados Unidos se ha contradicho en muchas situaciones como la invasión a Granada en 1983, el fomento a la guerra civil en Colombia para lograr la separación de Panamá y la invasión de 2003 a Irak, basada en pretextos falsos.
La administración del presidente George W. Bush acusó injustamente al gobierno del fallecido presidente Saddam Hussein de poseer armas de destrucción masiva, declaración que demostró ser falsa.
Clinton, la principal candidata demócrata a la presidencia del país, dijo que su mayor arrepentimiento político fue "votar a favor de dar al presidente Bush autoridad en Irak".
"Las cosas no salieron como pensé que saldrían, tomando como base lo que él había dicho", señaló Clinton con respecto a la guerra de Irak durante un evento transmitido en vivo en el programa de ABC "Good Morning America".
"Y lo lamento. Y dije que fue un error y, obviamente, es algo que desearía que no hubiera resultado como resultó", agregó.
Las recientes declaraciones de Clinton son contrarias a la postura que asumió en la campaña de 2008 durante la cual defendió el voto a favor de la guerra de Irak como medio para dar al entonces presidente George W. Bush la autoridad para lidiar con Irak.
Los analistas consideran que la defensa de Clinton del voto a favor de la guerra fue la razón principal de que perdiera la nominación demócrata ante el hoy presidente Barack Obama en la campaña de 2008.
"Creo que Hillary Clinton está tratando de presentarse como defensora de la paz, no como belicista, antes de las próximas elecciones", dijo a Xinhua Maher Ihsan, investigador político y periodista sirio.
Pero Ihsan dijo que el arrepentimiento expresado por Clinton no cambia el hecho de que Estados Unidos sigue cometiendo los mismos errores, aunque de manera diferente.
Ihsan señaló que la política estadounidense de interferir en los asuntos de otros países continúa aunque de manera diferente.
"En el caso de Irak intervinieron de manera personal con sus soldados y fueron muy criticados por la invasión a ese país, sobre todo después de que se demostró que los pretextos resultaron falsos", dijo.
"Cuando la crisis siria comenzó hace cinco años, la administración estadounidense buscó aprovechar el conflicto interno en Siria, pero en esta ocasión no quisieron ensuciarse las manos directamente, así que usaron guantes, pero esto no cambia el hecho de que interfirieron", dijo, en referencia a los militantes que han recibido apoyo de Estados Unidos ante el gobierno sirio.
La administración estadounidense incluso ha entrenado a algunos grupos insurgentes sirios y los ha equipado con armas para combatir al Estado Islámico (EI), medida que los analistas aquí consideran como un medio para crear una fuerza militante aliada dentro de Siria para llevar a cabo sus órdenes en el futuro.
"Aunque ha sido tras bambalinas, Estados Unidos ha desempeñado el papel principal en cuanto a magnificar y profundizar la crisis siria y en cuanto a aprovechar el movimiento inicial contra el gobierno convirtiéndolo en una insurgencia sangrienta", dijo recientemente a Xinhua Osama Danura, doctor en ciencias políticas.
El presidente Obama ha exhortado en repetidas ocasiones al presidente Bashar al-Assad a dejar el poder aunque no existe ninguna alternativa en el país y el movimiento contra el gobierno está en sus inicios.
"Esta postura de Estados Unidos refleja el imperialismo de la administración estadounidense que se da a sí misma el derecho de determinar la legitimidad del gobierno sirio sin prestar atención a las aspiraciones reales del pueblo sirio", dijo Danura.
Ihsan por su parte se pregunta si algún funcionario estadounidense expresará arrepentimiento con respecto a la política de su país hacia Siria y si eso cambiará algo o borrará los errores del pasado y el presente.
El año pasado, el senador republicano por Virginia, Richard Black, envió una carta a Al-Assad en la que dijo que la guerra en Siria no fue causada por agitación interna sino que "fue una guerra de agresión ilegal de potencias extranjeras decididas a establecer por la fuerza un régimen títere en Siria".
"Las potencias extranjeras no tienen ningún derecho a rechazar elecciones legítimas y a imponer su voluntad al pueblo sirio. Sólo los sirios deben determinar su destino sin intervención extranjera", dijo el senador en su carta para Al-Assad.