El Parlamento de Irak aprobó a cinco miembros del gabinete como parte de la reorganización presentada por el primer ministro Haider al-Abadi, quien enfrenta presión para concretar reformas estancadas, informó hoy la televisión oficial.
Los legisladores votaron sobre los ministros de Salud, Recursos Acuíferos, Trabajo y Asuntos Sociales, Electricidad y Educación Superior tras votar sobre la destitución de los ex ministros a cargo, informó el canal oficial Iraqiya.
El Parlamento no logró votar sobre la destitución de otros miembros del gabinete por un desacuerdo entre los legisladores, según el canal.
Entonces, el presidente del Parlamento, Salim al-Jubouri, aplazó al jueves la sesión a la que asistieron 180 legisladores del Parlamento de 328 escaños.
La votación sobre el nuevo reajuste ministerial se produjo después de horas de deliberación. El Parlamento fue convocado en un principio a las 13:00 hora local.
Sin embargo, la sesión pronto se tornó caótica una vez que Al-Abadi entró al recinto, cuando cerca de 30 legisladores disidentes se pusieron a gritar "ilegal" en referencia al presidente del Parlamento Salim al-Jubouri, a quien destituyeron con anterioridad durante una sesión de emergencia.
El caos obligó a Al-Abadi a retirarse del recinto de sesión después de que varios legisladores arrojaron botellas de agua a su mesa.
Sin embargo, el presidente del Parlamento permaneció en el recinto y continuó la discusión con los legisladores disidentes a fin de convencerlos de unirse a la sesión.
El desorden condujo al personal de seguridad del Parlamento a intensificar las medidas de seguridad, por lo que ordenaron a los periodistas y a los fotógrafos desalojar el edificio del Parlamento, lo que obligó a los reporteros del canal Iraqiya a depender de la información filtrada por algunos funcionarios y legisladores dentro del Parlamento.
Unos pocos legisladores disidentes pusieron fin a su protesta y se unieron al Parlamento que fue convocado nuevamente en otro recinto del edificio del Parlamento.
Posteriormente, Al-Abadi presentó a los candidatos para el gabinete después de la votación sobre la destitución de los ministros anteriores, según información filtrada al canal Iraqiya.
Las primeras fuentes dentro de la sesión citadas por el canal de televisión dijeron que seis miembros del gabinete fueron destituidos y reemplazados.
Sin embargo, más tarde se informó que sólo cinco miembros del gabinete habían sido incluidos en la reorganización.
Durante la reunión del Parlamento miles de manifestantes se concentraron en la Plaza Tahrir y al lado de la Zona Verde de Bagdad, que alberga las oficinas del gobierno iraquí y algunas embajadas de otros países.
Los manifestantes, muchos de los cuales son leales al prominente clérigo chiita Moqtada al-Sadr, llevaban banderas iraquíes y coreaban "No a la corrupción", "Nos quedaremos. No nos iremos hasta que se cumplan todas las reformas".
Al-Sadr convocó una protesta masiva el sábado para presionar a los legisladores a fin de que dejen de lado sus diferencias, horas después de que Al-Jubouri declaró que el Parlamento se reuniría esta semana para votar sobre la reorganización del gabinete.
Una división crítica fue evidente en el Parlamento durante su sesión de emergencia del 14 de abril, que incluyó a decenas de legisladores disidentes, cuando el presidente del Parlamento Al-Jubouri fue apartado del cargo y reemplazado por el legislador más viejo, Adnan al-Janabias, como presidente provisional del Parlamento.
La decisión fue rechazada por el otro bando de legisladores que argumentó que la sesión era anticonstitucional debido a que no se cumplía con el quórum requerido para la sesión.
La discordia se intensificó aún más entre el panel parlamentario del presidente y los legisladores en protesta dentro del Parlamento.
Los legisladores en protesta criticaron a Al-Jubouri por aplazar en repetidas ocasiones la votación propuesta sobre los nuevos candidatos para el gabinete conforme a las reformas propuestas por Al-Abadi.
Legisladores de varios partidos exigieron un fin al sistema de cuotas creado tras la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos en 2003 para controlar y dividir los recursos de Irak entre los partidos políticos que representan las facciones étnicas y sectarias iraquíes.
Recientemente, Al-Sadr, junto con miles de sus seguidores, exigieron que Al-Abadi concrete las reformas, incluyendo una reorganización del gobierno, que mejore los servicios y que ponga fin a la corrupción.
Los iraquíes también desean las reformas para abordar la crisis económica del país debido a que sigue disminuyendo el precio del petróleo, mientras que las fuerzas de seguridad combaten a los militantes del Estado Islámico en el norte y oeste de Irak.