El personal de una reserva natural en la provincia de Gansu, noroeste de China, finalmente aclaró un delito sin resolver.
Los "detectives" descubrieron que una cámara infrarroja que desapareció en febrero fue robada, nada más y nada menos, que por tres armiños, un tipo de comadreja conocida por su pelaje invernal.
La banda de ladrones, probablemente integrada por los padres y su hijo, trabajaron en complicidad para robar la cámara después de masticar los cables que la sostenían en su lugar, informó hoy el funcionario He Chaogui de la administración de Baishuijiang, una reserva natural para pandas gigantes silvestres.
La escena del robo fue grabada por otra cámara cercana alrededor del mediodía del 27 de febrero. El delito también quedó registrado en imágenes de la cámara robada, la cual fue recuperada recientemente.
En la reserva existen más de 160 cámaras infrarrojas.
Pero el interés por las cámaras no es exclusivo de las comadrejas. A fines de 2014, una cámara de video en funcionamiento fue mordida por un panda gigante, lo que permitió que el hecho quedara registrado visualmente.
"Supongo que fue la primera vez que los humanos pudieron observar tan de cerca la cavidad bucal de un panda gigante", comentó He.
Las cámaras también captaron el momento en que un panda gigante orinaba en un árbol apoyado en sus patas delanteras.
Los pandas gigantes con frecuencia son captados frotándose en los árboles para marcar su territorio y atraer a las hembras por medio de su olor, comentó el funcionario.
Las cámaras han registrado a más de 40 especies animales silvestres, incluidos los takines, un tipo de cabra-antílope, y osos negros, agregó.
La Reserva Natural Baishuijiang, un área montañosa de 220.000 hectáreas cubierta por un espeso bosque en el sur de Gansu, es uno de los mayores hábitat de los pandas silvestres.