Brasil retiró 14.893 toneladas de sodio de productos alimentarios en 2015, dentro del plan lanzado por el Gobierno para que hasta 2020, las industrias del sector promuevan la retirada voluntaria de 28.562 toneladas de sal del mercado, informaron hoy fuentes oficiales.
"El acuerdo es muy importante y haremos otros para mejorar la calidad nutricional de los alimentos procesados. La población necesita estar atenta, no solamente con la sal, sino también el azúcar que es adicionado a los alimentos. Si cada brasileño cuida de su salud, el pueblo brasileño será más saludable", dijo el ministro de Salud, Ricardo Barros, al presentar los datos.
El ministro resaltó que "la reducción de sodio en estos alimentos, tan consumidos por la población, es fundamental. El exceso de sodio es muy perjudicial para la salud a largo plazo. Necesitamos tomar todas las iniciativas posibles para promover esta reducción", y agregó que la medida sirvió para reducir en un 33 por ciento los casos de ingreso en hospitales por hipertensión.
Según el Gobierno, el 24,9 por ciento de la población brasileña sufría hipertensión en 2015, cifra ligeramente superior al 24,8 por ciento de 2004.
Un estudio reciente apunta que apenas el 14,9 por ciento de la población brasileña considera que su consumo de sal es muy alto, mientras que en realidad el 70 por ciento de la población consume sodio en exceso.