Entrevista con Alejandro Toledo, expresidente de Perú: “Reactivar la economía con transparencia es una buena combinación”
Por Yasef Ananda y Liu Xuxia
El 18 de julio, Alejandro Toledo, expresidente de Perú (2001-2006), visitó China para participar en la reunión de miembros del Consejo Internacional de Asesores del UCRG, foro que busca implementar nuevas iniciativas multilaterales para créditos y financiamientos comerciales.
Siempre vinculado al ámbito académico, Toledo ingresó en la política activa con su partido País Posible, hoy Perú Posible. Como presidente, inauguró el despunte macroeconómico del país, fomentó la inversión extranjera, la firma de tratados de libre comercio y la implementación de proyectos de inversión en infraestructura y desarrollo humano. Actualmente, es director del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia y profesor visitante en la Universidad de Stanford.
En Beijing, el expresidente Toledo dialogó en exclusiva con Pueblo en Línea.
1. Pueblo en Línea:¿La nueva normalidad, es decir, la desaceleración del crecimiento y el tránsito hacia la innovación y los servicios, Ud. lo considera un paso atrás o un paso adelante en la dinámica de la economía china?
Expresidente Alejandro Toledo: La desaceleración del crecimiento económico chino responde al incremento de la globalización, y consecuentemente al nuevo impacto que tienen Europa, Rusia y los Estados Unidos. El mundo se ha vuelto muy interdependiente, más encogido y penetrado por la tecnología. La desaceleración de la economía china nos preocupa porque China se ha convertido en un poder económico particularmente importante para América Latina, debido a que es su principal inversionista. Por ejemplo, China es el principal socio comercial de Perú, superando a los Estados Unidos y a Europa. Entonces, cuando China se resfría, tenemos una pulmonía en América Latina.
A mi me parece muy bien e imperativo la necesidad de diversificar la composición de la inversión y del comercio internacional. China no puede continuar siendo sólo un comprador de materias primas. No le conviene ni a China ni a América Latina. Dicen que América Latina es independiente y hasta vamos a celebrar los 200 años de la independencia, pero en realidad somos esclavos de los materias primas. Dios nos ha castigado poniendo demasiados recursos naturales en nuestras tierras, que ha hecho que los presidentes gobiernen demasiado fácil: vendiendo materias primas. Sin embargo, hay un factor exógeno que no controlamos: los cambios de los precios en el mercado internacional. Lo que necesitamos es liberarnos, diversificando la composición económica y por ende, nuestro comercio exterior.