En el contexto de la débil recuperación de la economía global y la incierta situación política, los países del mundo esperan que el Grupo de los 20 (G20) desempeñe un papel más importante en la gobernanza y el crecimiento económico globales.
Debido a la incertidumbre sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó en julio su pronóstico sobre el crecimiento global en 2016 y 2017, calculando que la economía global crecerá un 3,1 por ciento en 2016 y un 3,4 por ciento en 2017, ambos 0,1 puntos porcentuales menos que en su pronóstico de abril.
Mientras tanto, está emergiendo una marcha atrás en la globalización que supone un peligro para la economía mundial, y está aumentando una ola de populismo, con la aparición de Donald Trump como ejemplo.
Por eso, el mundo tienes grandes esperanzas en el G20, que agrupa las economías que representan el 85 por ciento de la economía global.
Es de sentido común que el desarrollo económico es una condición previa para la seguridad, y que el estancamiento económico traería riesgos y peligros inesperados.
La cumbre, que se celebrará en septiembre en la ciudad oriental china de Hangzhou, ofrecerá una plataforma para que jefes de Estado y de Gobierno y jefes de los bancos centrales intercambien opiniones sobre la política macroeconómica. Los miembros han reconocido desde hace mucho tiempo la necesidad de cambiar sus esfuerzos por el crecimiento económico para fortalecer la base de la seguridad mundial, en lugar de caer en una "trampa geopolítica".
Además, el potencial y la fuerza motriz del crecimiento de la economía mundial a medio y largo plazo, básicamente, se arraigan en la innovación, la reforma y el ajuste.
El tema de la cumbre de este año, "Hacia una Economía Mundial Innovadora, Dinámica, Interconectada e Inclusiva", refleja vívidamente los esfuerzos del G20 para dejar que la innovación inspire completamente el crecimiento económico sostenible y supere los obstáculos estructurales e institucionales.
Avanzando acorde con los tiempos, la agenda del G20 ha ido cambiando poco a poco en los últimos años, desde el tratamiento de las consecuencias de la crisis financiera hacia la gobernanza a largo plazo, con el comercio e inversión como otros aspectos importantes que han emergido junto con la coordinación financiera y fiscal.
Debido a que las economías aún no se han recuperado totalmente de la crisis financiera, muchos países se han vuelto contra el libre comercio. Es hora de que el G20 prevenga contra el proteccionismo.
En la perspectiva de China, el G20 debe defender una economía abierta global, mantener el sistema de comercio bilateral y multilateral, y vigorizar aún más el comercio e inversión internacionales para reanimar los dos motores para que funcionen tanto para los países industrializados como para los en vías de desarrollo. Asimismo, el G20 necesita dar más voz a los países en vías de desarrollo para estimular la economía mundial.