Un público superior a 40.000 personas tuvo la oportunidad este domingo de asistir por última vez a una actuación con la camiseta 'verdeamarela' del voleibolista Sergio Dutra e Silva, 'Serginho', el más laureado de los brasileños en deportes colectivos, en partido jugado en la cancha del mundialista estadio Mané Garrincha, de Brasilia.
A los 40 años y dos semanas después de haber conquistado su segundo oro olímpico en los Juegos de Río 2016, el jugador considerado como el mejor líbero de la historia del voleibol mundial, cerró su carrera en la selección brasileña en el 'Desafío de Oro', dos amistosos ante Portugal, jugados hoy y el sábado, en la mundialista Arena da Baixada, en la ciudad de Curitiba, sur de Brasil.
El partido de este domingo, disputado bajo un sol fuerte, fue vencido por Brasil con parciales de 25/20, 20/25, 25/21 y 15/8 (el cuarto set reducido por acuerdo entre los dos equipos).
Serginho tuvo el saque en el set point cerrando el duelo y el segundo triunfo brasileño, tras la victoria de la víspera por 3-0 ante unas 39.000 personas, el público más grande en lo que va del año en la Arena da Baixada.
"Han sido muchos años de dedicación; estoy muy feliz por todo lo que ha pasado en mi vida, soy muy grato al voleibol (...) Es una felicidad muy grande haber hecho historia con esos niños y haber sido una pieza fundamental. Estoy llorando de alegría, no se puede ser triste vistiendo esta camiseta", declaró un emocionado Serginho, tras el partido.
Bicampeón olímpico (2004 y 2016) y Mundial (2002 y 2006) y con siete títulos de la Liga Mundial en su palmarés, Serginho había dejado a la selección nacional tras conquistar su segunda plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, pero a pedido del flamante técnico 'Bernardinho', se reincorporó al equipo para ayudar Brasil a conquistar en casa el tercer oro olímpico.
La despedida de un jugador tan icónico como Serginho merecía un espacio más amplio que los gimnasios usuales para partidos de voleibol, con aforo para unas 12.000 personas, como máximo y los organizadores decidieron aprovechar un fin de semana sin partidos por el campeonato brasileño para volver a los estadios.
El traslado de un partido de un deporte de interiores a escenarios al aire libre es raro, pero ya ha ocurrido algunas veces, como en el primer campeonato mundial masculino en Praga 1949. Pero fue el 26 de julio de 1983, en Brasil, que se realizó el inolvidable encuentro entre la selección local y la de la entonces Unión Soviética, en el legendario estadio Maracaná, en Río de Janeiro.
En el último duelo de una serie de cuatro amistosos, Brasil venció a los soviéticos por 3-1, ante un público de 95.000 personas, récord que está en el Guinness por ser el partido de voleibol que más gente ha reunido, y sigue sin ser batido.