Por César Mariño García
CARTAGENA, Colombia, 28 sep (Xinhua) -- Tras la firma del acuerdo al cual llegaron el lunes el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, tras cuatros años de negociación, son muchas las voces que se levantan para manifestar expectativas por el comienzo de una convivencia pacífica.
Actores del conflicto, la opinión pública y sobre todo las víctimas de la lucha armada que durante más de cinco décadas dejó unos 220.000 muertos y ocho millones de afectados, direccionan su situación en un país que durante medio siglo estuvo inmerso en el terror de las acciones bélicas y la confrontación.
De acuerdo con especialistas, es natural que Colombia esté en una situación que vacila entre la esperanza y la incredulidad, y es en esa especie de cuerda floja en la que los colombianos deben aprender a transitar para encontrar el equilibrio de una sociedad pacífica.
En el contexto de la firma de los acuerdos alcanzados en La Habana, Cuba, Xinhua consultó a funcionarios, víctimas y analistas para intentar trazar un mapa de lo que requiere la sociedad colombiana.
TODO COMIENZA POR NO OLVIDAR
La directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, María Emma Wills, dijo que "la memoria es una aliada de la paz porque nos permite dilucidar cuáles fueron las condiciones que nos llevaron a la guerra, cuáles la prolongaron y la llevaron a semejante degradación".
Según Wills, el primer paso para emprender un camino que puede tardar décadas es el afianzamiento de programas de largo aliento que lleguen a las víctimas y también a los perpetradores de actos bélicos para componer archivos con los principales relatos del conflicto.
Aseguró que estos programas deben estar dirigidos especialmente a las generaciones de colombianos que tendrán la oportunidad de crecer en ambientes exentos de guerra.
EL TUNEL DEL PERDON
El día de la firma protocolaria de los acuerdos en Cartagena, el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Rodrigo Londoño alias "Timoleón Jiménez", despertó una ola de aplausos entre los asistente al expresar su arrepentimiento ante los hechos que afectaron a miles de colombianos.
"En nombre de las FARC-EP, ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido ocasionar en esta guerra", declaró.
Las FARC dieron un paso en la dirección correcta para comenzar a sanar las heridas de la guerra y empezar a sacudirse el resentimiento que los victimarios sembraron entre los más afectados, dijeron a Xinhua algunas de las víctimas.
El coordinador Internacional del Concejo Nacional de Paz Afrocolombiano, Marino Córdoba, un hombre que dejó su país para huir de los disparos que en su pueblo llegaban de todas las direcciones, resaltó el significado de la palabra "perdón" que tiene en las comunidades que padecieron los principales flagelos del conflicto armado.
"Que las FARC nos pidan perdón por sus feroces actos es lo mínimo que las comunidades afrodescendientes e indígenas, las más afectadas por la confrontación armada, podemos esperar. Nuestras comunidades nunca tomaron las armas, nuestro papel en la guerra ha sido simplemente el de reclamar que nos dejen vivir en paz" , dijo Córdoba.
El líder comunitario, quien forma parte de campañas de pedagogía por la paz en los territorios afrodescendientes, recordó con dolor hechos como la masacre de Bojayá en el departamento de Chocó (oeste), ocurrida el 2 de mayo de 2002.
Por su parte, Marleny Orjuela Manjarrez, una reconocida líder que desde 1998 ha luchado por el rescate de rehenes de las FARC pertenecientes a la fuerza pública colombiana, o en muchos casos por la recuperación de sus restos, aseguró que la petición de perdón es un acto noble que debe ir acompañada de la garantía de que estos hechos no volverán a repetirse.
Al respecto, Wills señaló que "después de 52 años de guerra la sociedad se insensibiliza, pierde su capacidad de horror, porque ha sido tan reiterativo el horror que se vuelve consustancial a la vida en sociedad. El perdón lo que trae es la voz de que lo sucedido en la guerra es injustificable y no puede volver a suceder".
"Los actos de perdón, que cada vez vemos más seguido, y la congoja de algunos de los miembros de las FARC son de un enorme valor moral", agregó.
"El perdón permite volver a construir ese tejido, ver al otro como un ser humano y no como un objetivo militar o un enemigo" , concluyó la politóloga.
LOS GAJES DE LA JUSTICIA
Los opositores del acuerdo de paz toman como bandera la impunidad, al asegurar que dentro de lo pactado no hay penas para los jefes de las FARC, consecuentes con los delitos cometidos durante el conflicto armado.
El Pacto de Justicia Transicional, firmado dentro del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla, contempla que los miembros de las FARC que cometieron crímenes de lesa humanidad tendrán la oportunidad de purgar penas de restricción de la libertad (no de prisión) por un tiempo de cinco a ocho años.
Estas penas benéficas serán ejecutadas sólo si el combatiente juzgado colabora plenamente con el esclarecimiento de la verdad para que las víctimas sean reparadas, por lo tanto quienes oculten sus delitos y no colaboren con el esclarecimiento podrán pagar condenas de 20 años.
De acuerdo con Sergio Jaramillo, alto comisionado para la paz y negociador por parte del gobierno en La Habana, "es más efectivo un miembro de las FARC ayudando en el desminado del territorio, contando dónde hay fosas comunes y erradicando cultivos de coca que si lo metemos 30 o 40 años en una cárcel".
Muchas víctimas están inconformes con este punto y apostarán por la implementación de los acuerdos, otras sostienen que es por este pacto que votarán por el "no" en el plebiscito del próximo 2 de octubre.
El presidente de la Comisión Interamericana de Derechos (CIDH), James Cavallaro, dijo a Xinhua que este organismo acompañará y vigilará que lo contenido en el pacto se aplique con celeridad y eficacia.
UN "NO" COMO POSIBILIDAD
Dentro de cuatro días Colombia y el mundo sabrán si los cuatro años de conversaciones y el documento de 297 páginas redactado por las dos partes empezarán a implementarse y si el país entra al final en la etapa del posconflicto.
Las encuestas realizadas por firmas internacionales y medios de comunicación locales varían en los registros de tendencias, pero coinciden en que el "sí" gana al "no" por algunos puntos porcentuales.
El próximo 2 de octubre un total de cuatro millones 396.625 colombianos están convocados a votar por el "sí" para que los acuerdos se consideren refrendados por la nación.
Sobre la posibilidad de que el "no" triunfe y obligue al gobierno a dar por terminado este proceso y las FARC no vean viable su incorporación a la sociedad civil, John Carlin, periodista británico y conocedor del proceso de paz en Sudáfrica que impulsó el ex presidente y líder finado de esa nación, Nelson Mandela, manifestó a Xinhua su apreciación.
"Si gana el no yo creo que el mundo se va a quedar absolutamente estupefacto. Que un país que ha estado en guerra 52 años y que básicamente vote para que siga la guerra sería una completa derrota para la humanidad, nos llevaría a preguntarnos ¿qué tipo de especie somos?", afirmó.