RIO DE JANEIRO, 30 sep (Xinhua) -- El presidente de la petrolera estatal brasileña Petrobras, Pedro Parente, criticó hoy que la empresa fuera "usada para otros fines" y dijo que la compañía aún sufre los efectos de la operación "Lava Jato", que investiga una red de corrupción en la petrolera, lo que comparó con "un tsunami".
"Lo que ocurrió en Petrobras fue la toma de poder de una empresa. Fue usada para otros fines", dijo Parente en un evento en Sao Paulo.
El titular de la estatal criticó además las anteriores gestiones de la petrolera durante el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), entre ellas la política de precios de combustibles debajo del mercado internacional, para ayudar el gobierno a controlar la inflación y las inversiones que resultaron en prejuicios para la compañía.
"¿Cómo es que una empresa puede decidir construir una refinería, independientemente del sobreprecio, en Pernambuco, otra en Maranhao y otra en Ceará?", se preguntó Parente, en alusión a las refinerías construidas en la región del noreste de Brasil. "No es racionalidad económica", criticó.
Petrobras fue víctima de una red de corrupción, formada por políticos, empresarios y altos cargos de la empresa que desviaron más de 2.000 millones de dólares entre 2004 y 2014, un entramado que contó con el visto bueno de la coalición de gobierno en la época.
El presidente de la compañía, nombrado tras la llegada de Michel Temer a la presidencia, defendió un cambio en las leyes del país que exigen contenido local para las inversiones en el sector de óleo y gas, porque, según él, la petrolera acaba pagando un coste mayor que el del mercado.
"Estamos a favor de una política de contenido local inteligente, no esta que esa que hay ahora", comentó Parente, para quien "es una cosa totalmente ilógica. No existe una política correcta de contenido local si los porcentajes son crecientes. Esto no permite emancipar la industria brasileña", afirmó.
También destacó que la prioridad de la empresa en los próximos años será reducir el nivel de endeudamiento, para garantizar la sostenibilidad de operaciones y el equilibrio financiero, lo que permitiría reconquistar el grado de inversión en la clasificación de las agencias de riesgo.
Parente defendió el plano de desinversiones de la empresa, valorado en 16.000 millones de dólares, porque garantizará la continuidad de las inversiones en exploración y producción, de forma que Petrorbas esté hasta 2021 entre las cinco mayores empresas de petróleo y gas del mundo.