MONTEVIDEO, 2 nov (Xinhua) -- La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) informó el miércoles que firmó un pre contrato para adquirir cámaras de detección facial que utilizará en algunos estadios, cumpliendo así una exigencia de seguridad del ministerio del Interior.
"Ya firmamos un precontrato, obtuvimos el visto bueno de la parte técnica del ministerio del Interior, así como de (la empresa de tecnología) ITC, que fue quien nos asesoró a nosotros", dijo el vicepresidente de la AUF, Rafael Fernández.
Las 36 cámaras de reconocimiento facial y visión nocturna, con un costo de 1,5 millones de dólares americanos, serán proporcionadas por la empresa uruguaya DDBA.
La firma "DBBA ya fue notificada de que su oferta fue considerada la mejor de entre 14 postulantes", expresó Fernández en declaraciones a la edición digital del diario El País.
Explicó que ahora resta firmar el contrato y comenzar con las obras de instalación.
Una batería de cámaras se instalará en el estadio Centenario y otra se utilizará como un equipo móvil para diferentes estadios.
El nuevo sistema "nos va a permitir hacer un archivo y realmente tener identificados a los violentos. Realmente se podrá hacer un trabajo de inteligencia de aquí en más", destacó el vicepresidente de la AUF.
La federación estima que las cámaras funcionarán en los estadios a partir de marzo próximo.
El ministerio del Interior apunta a que una vez asentado el sistema de detección facial, la policía permanezca fuera de los estadios y aplique el derecho de admisión en sus puertas.
Las autoridades pretenden que la seguridad en los estadios sea responsabilidad de los clubes, lo que ha generado ciertas resistencias entre las instituciones.
Un acuerdo de 2015 entre la AUF y el ministerio establecía que para el segundo semestre de 2015 funcionaría un sistema de detección facial para evitar el ingreso de aficionados violentos a los estadios.
Pese a que ambas instituciones se comprometieron hace años a instrumentar el derecho de admisión en los estadios, su aplicación se ha postergado sistemáticamente.
Los clubes alegan que no tienen recursos suficientes para efectivizar esa medida mientras los uniformados dicen que no es su responsabilidad.
La violencia entre los aficionados violentos nucleados en "barras bravas" salpica con frecuencia el fútbol uruguayo y se ha cobrado al menos una decena de vidas las últimas décadas.