El estado brasileño de Río de Janeiro (sureste del país y el más turístico) anunció hoy un duro ajuste económico con recortes en gasto social y subidas de impuestos para intentar ahorrar 28.000 millones de reales (unos 8.600 millones de dólares), ante la gravísima situación que viven las arcas del estado.
En rueda de prensa, el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, aseguró que las medidas de ajuste quieren frenar el déficit y lograr un equilibrio fiscal y advirtió que si no se toman medidas pronto, el agujero de las cuentas estatales crecería en 52.000 millones de reales (16.000 millones de dólares) hasta 2018.
Entre las medidas adoptadas, hay el cobro de impuestos del 30 por ciento a los jubilados y pensionistas que ganan menos de 5.189 reales mensuales (1.600 dólares), que hasta ahora estaban exentos de tributar.
También se eliminarán varios programas de ayudas sociales para las rentas más bajas y los jóvenes y se reducirá el volumen de la administración del estado, que pasará de tener 20 a 12 carteras regionales.
Pezao también avanzó un aumento del 15 por ciento del llamado "billete único intermunicipal" del transporte público, que pasará de 6,5 a 7,5 reales (de 2 a 2,3 dólares).