La región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, ha invertido más de 600 millones de yuanes (88,8 millones de dólares) este año para mejorar las condiciones de vida de los residentes en las áreas fronterizas, gestión que forma parte de los esfuerzos de alivio de la pobreza de la región.
El fondo ha sido utilizado en subvencionar a los residentes y guardias fronterizos, mejorar la ecología de la zona y construir o modernizar las instalaciones de sus hogares, tales como cocinas, lavabos y fosas de biogás, dijo un funcionario de la oficina regional de alivio de la pobreza.
Desde junio, la región ha triplicado la subvención para los guardias fronterizos hasta los 800 yuanes en las áreas de llanura y hasta los 1.000 yuanes en las de altiplanicie, ha construido 20.000 fosas de biogás y ha renovado 30.000 lavabos, 24.000 cocinas, 70.000 patios para los hogares de bajos recursos, y ha aumentado la superficie de las áreas de pradera de 5.800 hectáreas en las zonas fronterizas en los últimos años.
Xinjiang cuenta con la frontera más larga del país. La mitad de los 34 distritos y ciudades fronterizos de la región se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. Gracias a los esfuerzos gubernamentales, 265.000 residentes fronterizos salieron de la pobreza entre los años 2014 y 2015. Sin embargo, todavía existían 560.000 personas viviendo con unos recursos mínimos en las áreas fronterizas de Xinjiang hasta finales del año pasado.