El gobierno de Bolivia reivindicó hoy la unidad de América Latina (AL), en torno a organismos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ante posibles cambios de tendencias políticas del nuevo gobierno de Estados Unidos liderado por Donald Trump.
Tras la toma de juramento, en La Paz, de José Crespo como nuevo embajador de Bolivia en México, dijo a periodistas que los países de Latinoamérica deben estar atentos a la nueva dinámica política de Donald Trump.
"En estos tiempos más que nunca tenemos que trabajar, fortalecer estos espacios como la Unasur, ahora más que nunca tenemos que trabajar la unidad latinoamericana, después de las elecciones en Estados Unidos y las posibles tendencias (políticas)", aseveró Crespo.
El embajador boliviano consideró que cuando Trump asuma el cargo en enero del próximo año, se comenzará a evidenciar el accionar de la política de su gobierno respecto a los países latinoamericanos.
"Siempre lo hemos manifestado (...) ya pasó esa etapa del lenguaje electoral y tiene que enfrentarse con la realidad, esperamos que dé líneas claras respecto al relacionamiento internacional, principalmente con los países latinoamericanos", agregó.
De esta manera, se refirió al pronunciamiento de la Secretaría General de la Unasur que manifestó su respeto a la decisión democrática del pueblo estadounidense.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió el pasado miércoles al mandatario electo de Estados Unidos dejar a un lado el intervencionismo y respetar las soberanías de los pueblos del mundo.
En esa misma línea, el representante de Bolivia en México enfatizó que su país busca mejorar las relaciones con Washington en el marco del respeto mutuo.
"El acuerdo que tenemos con Estados Unidos, como con ningún otro país, busca respeto mutuo y lo que queremos nosotros es eso simplemente", manifestó Crespo.
Bolivia y Estados Unidos sostienen una relación bilateral marcada por la controversia, y han sido vanos los intentos de normalizar los vínculos diplomáticos afectados desde septiembre de 2008, cuando Morales expulsó al embajador norteamericano, Philip Goldberg, tras acusarlo de entrometerse en asuntos internos.
Ambos países suscribieron a finales de 2011 un convenio que sienta las nuevas bases para su relación bilateral, pero durante el gobierno del presidente Barack Obama no hubo mayores avances.