El presidente de Brasil, Michel Temer, propuso este miércoles a altas autoridades de los países del Cono Sur, reunidos en Brasilia, operaciones de seguridad común de carácter permanente para combatir crímenes fronterizos.
Temer defendió la creación de un "plan estratégico" para reducir el crimen en los lugares donde los traficantes y contrabandistas aprovechan la "porosidad" de las fronteras brasileñas.
Cancilleres y ministros de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay se encuentran reunidos en Brasilia para discutir la seguridad y la lucha contra la delincuencia transfronteriza, como el tráfico de drogas, el contrabando y el tráfico de armas y de personas.
Durante la apertura del encuentro, denominando Reunión Ministerial del Cono Sur sobre Seguridad Fronteriza, el mandatario brasileño firmó un decreto que establece el programa de protección integrada de las fronteras, y sugirió que el texto sea tomada por los funcionarios de América del Sur como "primer paso concreto" para las discusiones.
Temer hizo hincapié en la gravedad del tema, y dijo que los criminales no conocen límites, subrayando que la seguridad se ha convertido en un problema complejo al punto de haber una suerte de "globalización" de los delitos transnacionales, como el narcotráfico y la trata de personas.
"Uno de los mayores dramas de este tiempo toma contornos de violencia intolerable, invade todas nuestras ciudades, Brasil y otros países, y adquiere trazos desesperados en el rostro de los ciudadanos de nuestros países", dijo el presidente brasileño.
Al citar las iniciativas desarrolladas en los últimos años por el gobierno brasileño en las operaciones policiales para combatir el tráfico de drogas y armas, Temer advirtió que este tipo de acción debe desarrollarse de forma permanente.
"Una propuesta que les dejo a debate es encontrar formas y medios de que las operaciones sean permanentes, no transitorias. Tenemos que persistir y lanzar todas nuestras energías contra los delitos transnacionales", afirmó.
Según información de la cancillería brasileña, la reunión que se lleva a cabo en el Palacio de Itamaraty tiene un formato "sin precedentes", y tiene como objetivo integrar los órganos de seguridad pública de los diferentes países.
En la reunión participan los ministros de Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, y de Paraguay, Eladio Loizaga; el ministro de Defensa de Argentina, Julio César Martínez, y los vicecancilleres de Chile y Uruguay, Edgardo Riveros y José Luis Cancela, respectivamente.
Para Brasil, las cuestiones prioritarias están relacionadas con la entrada de armas ilegales al país, lo que contribuye al aumento de la violencia y la sensación de inseguridad en las ciudades, y el tráfico de drogas.
El territorio brasileño es utilizado por organizaciones criminales como ruta de paso entre los países productores y consumidores de droga, sobre todo en el tráfico hacia Europa.
Otra cuestión que Brasil considera central es el contrabando, que causa grandes pérdidas en los ingresos fiscales y provoca el cierre de puestos de trabajo.