El gobierno de La Habana advirtió hoy al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que "agresión, presión, condiciones, imposiciones no funcionan con Cuba".
Tres días antes de que Trump asuma el sillón presidencial en Washington, la nación antillana dejó claro que no aceptará presiones, condicionamientos ni agresiones en las relaciones bilaterales.
"Esta no es la manera de tratar de tener una relación mínimamente civilizada con Cuba", dijo a medios internacionales de comunicación la directora general para Estados Unidos de la cancillería de la isla, Josefina Vidal.
Trump dijo en noviembre pasado que aprueba las relaciones de su país con Cuba, pero que en su mandato buscaría un mejor acuerdo, más cercano a los intereses de Estados Unidos, lo cual, en opinión de los cubanos, se traduce en condicionamientos, presiones políticas e injerencia en los asuntos internos de la isla.
Bajo la presidencia del demócrata Barack Obama, Cuba y Estados Unidos comenzaron, en diciembre de 2014, un proceso para la normalización de sus nexos, lo cual incluyó el restablecimiento de relaciones diplomáticas en julio de 2015 y la firma de 20 acuerdos en diferentes áreas, aunque aún quedan temas pendientes, como la eliminación del bloqueo.
El gobierno de la isla se ha abstenido de dar respuestas directas a los anuncios del empresario devenido mandatario de la nación norteña, hasta ver cuál es su posición oficial cuando inicie su mandato.
Al respecto, Vidal opinó que es demasiado pronto para predecir qué política seguirá hacia Cuba el nuevo gobierno; sin embargo, aclaró que no todos los funcionarios nominados por Trump tienen posiciones duras hacia la mayor de las Antillas.
"Hay también otros funcionarios, hombres de negocios, que Trump ha nombrado, incluso en los papeles del gobierno, que están a favor de los negocios con Cuba, personas que piensan que Estados Unidos se beneficiará de la cooperación con Cuba, sobre temas relacionados con la seguridad nacional de Estados Unidos", agregó la funcionaria cubana.