ESTRASBURGO, 15 mar (Xinhua) -- El Parlamento Europeo exhortó hoy una vez más a la unidad, pero una corriente subyacente de inquietud revela preocupación por el futuro del bloque ante las próximas negociaciones del Brexit, la actual crisis migratoria y la continua incertidumbre económica.
El debate también se centró en el sexagésimo aniversario de la firma del Tratado de Roma que lanzó la Comunidad Económica Europea, la predecesora de la Unión Europea.
En la celebración por el aniversario número 60 se hará una declaración solemne que será firmada para indicar el "renacimiento" de la UE.
"No podemos simplemente realizar una ceremonia formal para recordar los mejores 60 años de la Europa libre", dijo el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, en la inauguración del debate de hoy.
"El aniversario de la firma del Tratado de Roma debe ser, en primer lugar, una oportunidad para acercar más Europa a sus ciudadanos", afirmó, y dijo que el creciente populismo y la desconfianza en Bruselas proviene de un sentimiento aumentado de distanciamiento de los ciudadanos del grueso de la política europea.
"Tenemos que ofrecer respuestas específicas al desempleo, en particular el desempleo juvenil, al terrorismo y a la migración a través de promover nuestros valores en el mundo. Ahora, más que nunca, lo que necesitamos es unidad en Europa", dijo Tajani, antes de admitir que "en efecto, tenemos que cambiar la unión, pero no debemos debilitarla".
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ofreció un recuento optimista de la reunión de marzo del consejo y describió como "constructivas y abiertas" las discusiones entre los líderes europeos.
Sin embargo, Tusk dijo que comprende el motivo por el cual la inquietud alrededor de una Europa de "múltiples velocidades" tiene que ser discutida. En esa Europa algunos países se integrarían con más rapidez y más profundidad que otros.
Tusk dijo que aunque controversial, el escenario daría mucho en qué pensar a las personas que desean debilitar a la UE.
"Tengo la esperanza de que Roma sea un momento crucial en la reintegración de la Unión. No todos los políticos serán nuestros aliados, estoy consciente de eso, pero por paradójico que parezca, la mayoría de los ciudadanos de los países gobernados por los euroescépticos estarán de nuestro lado", dijo.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, por su parte, rechazó la controversia y dijo que "esto no es un libro blanco sobre una Europa de dos velocidades. Esa es una lectura equivocada. Y si la canciller Angela Merkel no lo hubiera mencionado en su conferencia de prensa antes de la reunión del consejo, nadie más lo hubiera mencionado".
Juncker enfatizó además la falta de interés de la Comisión Europea en dictar una política y su deseo de dejar atrás la estrecha visión de la UE como simplemente un mercado interno con el fin de impulsar "una Europa de personas".
El primer ministro italiano Paolo Gentiloni considera el sexagésimo aniversario de la firma del Tratado de Roma como una oportunidad para el renacimiento de la UE.
"Creo que, sobre todo, esta debe ser una ocasión para recordar a la opinión pública, para recordar a los conciudadanos de Europa, lo que se ha logrado en los últimos 60 años", dijo, "para recordar logros que nos ayuden a pensar en el futuro", insistió.
Gentiloni advirtió que no se deben subestimar las dificultades que Europa enfrenta y dijo que se debe dar prioridad a las soluciones para los actuales problemas económicos y que se requiere solidaridad ante la fuerte afluencia migratoria y también un frente unificado contra el nacionalismo populista.
"No podemos tener una Europa de primera y una Europa de segunda, una Europa de países pequeños y una Europa de países grandes, una Europa Oriental y una Europa Occidental", dijo, y confirmó que la unión "no puede permanecer inmóvil". "Tiene ante sus ciudadanos el deber de ofrecer soluciones a los desafíos y los problemas que enfrentamos".
En nombre del Consejo de la Presidencia de la UE, el viceprimer ministro de Malta, Louis Grech, dijo que se requieren acciones decisivas en el actual clima político y que se debe seguir de forma concreta la Declaración de Roma.
Manfred Weber (Alemania), líder del grupo Partido Popular Europeo, dijo que "tenemos que asegurarnos de que la gente en Europa vea a Estrasburgo y a Bruselas no como fuerzas externas que les imponen cosas mientras los políticos nacionales acreditan éxitos comunes al Estado nación. Tienen que aceptar responsabilidades".
"En la actualidad, el problema de Europa no es la velocidad, sino el rumbo", dijo el líder socialista italiano Gianni Pitella. "Necesitamos un nuevo rumbo para Europa que apunte hacia un fuerte pilar social y una poderosa estrategia de inversión europea", dijo, antes de señalar que "mientras más se amenaza a la UE, más creo en Europa".
En nombre del grupo Verdes/EFA, Philippe Lamberts de Bélgica hizo eco de la visión de Pitella en el sentido de que el aniversario del Tratado de Roma debe ser una oportunidad para "un cambio de rumbo" de Europa. "Necesitamos a Europa para usar la globalización para avanzar hacia la convergencia social y la democracia fortalecida", afirmó Lamberts.
"Este barco se está hundiendo y deberíamos preguntarnos el motivo", dijo Raffaelle Fitto de Italia en nombre del grupo de Conservadores y Reformadores Europeos y dijo que Europa se ha centralizado demasiado y se ha distanciado de los ciudadanos comunes y corrientes.