SIDNEY, 20 mar (Xinhua) -- La Agencia de Protección Ambiental (EPA) en el estado australiano de Nueva Gales del Sur inició la instalación de dispositivos de ubicación GPS en los vehículos sospechosos de desechar residuos y materiales peligrosos.
El proyecto durará 12 meses a modo de ensayo, siendo una de las medidas más fuertes del Gobierno local en contra los vertidos ilegales.
"El sistema del GPS permite que la EPA rastree la circulación de los vehículos sospechosos y los advierte si se sitúan cerca de los puntos donde suelen desechar ilegalmente residuos", indicó Gabrielle Upton, la ministra de Ambiente del estado australiano más antiguo y poblado.
Una vez detectados los casos ilegales, se autoriza a la agencia a imponer "in situ" una multa de 15.000 dólares australianos (unos 11.500 dólares estadounidenses) a las empresas y de 7.500 dólares australianos (unos 5.800 dólares estadounidenses) a los individuos.
Para los casos severos, las cortes estatales tienen también derecho a imponer como máximo una sanción de un millón de dólares australianos (unos 777.000 dólares estadounidenses) con la opción de una pena de siete años en prisión.
Según explicó la EPA, los automóviles fueron escogidos tras una investigación que está en curso y que muestra que probablemente tienen vínculos con una gran operación de vertidos ilegales.
"El Gobierno de Nueva Gales del Sur toma en serio acabar con los vertidos ilegales. El resultado del ensayo muestra que los rastreadores han conseguido detener algunos de esta actividad ilegal y alertaron no solo a los que están siendo vigilados sino a los que crean que pueden escaparse tras destruir el medio ambiente", destacó Upton.