BEIJING, 11 abr (Xinhua) -- Cada vez más jóvenes chinos están optando por abandonar las ciudades grandes debido a los altos precios de la vivienda, según una encuesta publicada hoy martes por el rotativo local China Youth Daily.
El 64,4 por ciento de los 2.000 entrevistados dijo que la incapacidad para pagar el precio de un inmueble es el principal obstáculo para establecerse en metrópolis como Beijing, Shanghai y Guangzhou.
Feng Qian (anónimo), que proviene de un condado de la provincia septentrional china de Hebei, es uno de ellos. Él regresó a Shijiazhuang, capital de la provincia, después de graduarse hace cuatro años de una universidad beijinesa muy buena con un título de máster. Tuvo varias ofertas de trabajo, pero no le prometieron el permiso de residencia (o el "hukou" en chino mandarín) ni la capacidad económica para comprar una vivienda.
Tomando Beijing como ejemplo, en febrero, los precios de las nuevas viviendas residenciales en la capital china cayeron un 0,1 por ciento intermensualmente, pero si se compara con el mismo mes del año pasado se elevaron un 24,1 por ciento. Por su parte, las viviendas de segunda mano se encarecieron en febrero un 1,3 por ciento respecto a enero y un 32,2 por ciento frente al segundo mes del ejercicio anterior, según mostraron los datos oficiales.
"Me siento afortunado de haberlo hecho, ya que mi familia tampoco me puede ofrecer apoyo financiero para establecerse en Beijing", dijo Feng. Sólo un año después de abandonar la capital, se casó y compró un apartamento en Shijiazhuang. Está satisfecho por su vida excepto de la calidad de aire de la ciudad, según la encuesta.
Los costos de alojamiento, la contaminación, la presión laboral, la dificultad para conseguir el permiso de residencia permanente y el tráfico son otras de las razones que empujan a los jóvenes a salir de las ciudades grandes.
Las ciudades grandes suelen controlar el tamaño de su población con la concesión limitada de los "hukou". Los residentes sin el "hukou" en las ciudades grandes no pueden gozar de una serie de ventajas, incluso en la educación, y es posible encontrar más dificultades para comprar viviendas. La capital china ha impuesto el pasado mes de marzo nuevas normas tributarias para los compradores que viven en la ciudad pero carecen del "hukou". Deberán pagar el impuesto a la renta o el seguro social por al menos 60 meses consecutivos antes de ser autorizados a comprar un inmueble en la capital.
La contaminación también se ha convertido en una de las preocupaciones más importantes de los residentes de las ciudades grandes, especialmente las en el norte del país.
Beijing tuvo 198 días con buena calidad del aire en 2016, lo que supone un aumento de 12 días con respecto a 2015, y 39 días de contaminación grave, una reducción de siete días. Si bien la densidad media de PM2,5, partículas de menos de 2,5 micras, descendió a 73 microgramos por metro cúbico en 2016, aún se situó un 109 por ciento por encima del estándar nacional.
El sondeo estaba dirigido a personas que trabajaran o hubieran trabajado o estudiado en las ciudades más grandes del país. Un total de 23,3 por ciento de quienes respondieron han regresado a sus lugares de origen o se han radicado en ciudades más pequeñas, mientras un 47,7 por ciento dijo estar considerando esa posibilidad.
Las personas de las regiones central y occidental de China son las que tienen mayores deseos de salir de las grandes ciudades. Su primera opción la constituyen las capitales provinciales que no están dentro de lo que se considera el nivel tope, de acuerdo con la fuente.
"Escaparse de Bei-Shang-Guang", o las ciudades grandes como Beijing, Shanghai y Guangzhou, se ha convertido un tema muy discutido en los últimos años. Expresaron quejas por las dificultades para ganarse la vida en estas ciudades grandes. Pero es como una "fortaleza asediada" descrita por el famoso escritor chino Qian Zhongshu en su novela del mismo nombre, a donde los que están fuera quieren entrar y los de adentro quieren salir.
Por una parte, las ciudades grandes ofrecen las oportunidades que las ciudades pequeñas y las regiones rurales no tienen, por lo cual no menos jóvenes prefieren buscar su sueño en estas ciudades. Por otra parte, los que se quedan tienen que enfrentarse con los problemas que causan las ciudades grandes, como los costes de vida, el tráfico, la contaminación, entre otros, y muchos se sienten perdidos no sólo por las necesidades diarias sino también por el hueco en el corazón provocado por la vida intensa.