El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó hoy que "el tiempo del arrepentimiento y el lamento boliviano ha terminado", y que llegó la hora de avanzar hacia el desarrollo económico, como consecuencia de la nacionalización de los hidrocarburos en 2006.
"Hermanos y hermanas, ese tiempo de arrepentimiento, del lamento boliviano, ya ha terminado. Ahora son tiempos de avanzar y desarrollar con mucha fuerza, con mucha unidad", expresó Morales durante la entrega de una unidad educativa en el departamento de Chuquisaca (sur).
Recordó que antes todo era lamento con mensajes de derrotismo como el "Lamento boliviano", en alusión al sencillo de la banda argentina de rock Enanitos Verdes.
Mencionó también la canción boliviana "Boquerón abandonado" que refleja pasajes sobre la guerra del Chaco que libraron Bolivia y Paraguay o la película boliviana "Amargo mar".
"Eso nos enseñaban en las escuelas. Me acuerdo en 1985 cuando empezó ese gobierno neoliberal (de Víctor Paz Estenssoro, 1985-1989), eso está escrito", dijo Morales.
Aseveró que ahora, después de 11 años de la revolución democrática y cultural, "Bolivia no se muere ¿Qué lamento boliviano? No tengo por qué lamentarme ¿Qué amargo mar? Estamos cerca al mar hermanas y hermanos".
Manifestó que gracias a la recuperación de valores, principios y recursos naturales, el país sudamericano ha cambiado en su actitud y que esas acciones cambiaron la imagen de Bolivia.
Exhortó a la población a reflexionar en los aniversarios cívicos para proyectar el país con la agenda 2025, que no vuelvan las épocas neoliberales y el saqueo de recursos naturales.
"Sigo pensando que si desde la fundación de la República, los gobiernos () hubieran dado un mejor uso a nuestros recursos naturales, Bolivia (ahora) hubiera estado invirtiendo en el mundo, cooperando en el mundo", sostuvo el presidente.
Morales indicó que pese a la crisis por la baja cotización del petróleo en el mercado internacional en 2015, el gobierno ha continuado con la entrega de obras.
En 11 años de gobierno, la administración ha entregado unas 9.000 obras en distintas regiones a través del programa "Bolivia cambia", manteniendo su condición de país solvente y sujeto de crédito.
Sostuvo que en gobiernos anteriores neoliberales, el sector de hidrocarburos de Bolivia estaba "descuartizado", porque Brasil era dueño de un mega campo a través de Petrobras y España de otro por medio de Repsol.
Dijo que otro campo gasífero estaba en manos de Francia por medio de Total y de Estados Unidos los ductos.
El mandatario instó en este sentido a los bolivianos a mantener la unidad en la diversidad y apuntalar el desarrollo sin sometimientos ni imposiciones externas.