MONTEVIDEO, 26 may (Xinhua) -- Luego de más de una década en mínimos históricos, el desempleo volvió a ser una preocupación en Uruguay.
Cuando solo se escuchaban buenas noticias sobre la marcha de la economía, en marzo la desocupación subió al 9 por ciento de la población económicamente activa.
Hace solo dos meses la inflación volvía al rango meta oficial después de 7 años, las exportaciones afianzaban su recuperación en relación al año pasado y el poder adquisitivo continuaba creciendo.
No son pocas cosas en una región en recesión.
Pero la tasa de desempleo, que implica que unos 150 mil uruguayos no tienen trabajo en una población total de 3,4 millones, encendió la luz amarilla.
"Nos sorprendió un poco la cifra", reconoció el ministro de Trabajo, Ernesto Murro. En ese sentido, admitió que ese dato "pega, duele, (y) preocupa".
Se trata del peor registro en casi diez años (en septiembre de 2007 fue del 9,1 por ciento). La tasa creció 0,8 puntos porcentuales frente a febrero (8,2) y 1 punto por encima de marzo de 2016 (8,0).
La sorpresa de Murro pasa porque "hay indicadores que nos alientan como la mejora de las exportaciones, de la actividad y el optimismo empresarial". No obstante, valoró que al mismo tiempo hay un incremento de los cotizantes a la Seguridad Social y aumentó la recaudación impositiva.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el desempleo del tercer mes del año respondió a la baja de 0,2 puntos de la tasa de empleo (demanda de trabajo), hasta 58,0 por ciento, y a la suba de 0,3 puntos de la tasa de actividad (oferta de trabajo), a 63,7.
El economista Aldo Lema opinó que "privilegiar el salario real en un contexto de bajo crecimiento tuvo consecuencias negativas para el empleo". Desde su punto de vista, "cuanto más se presione por el lado de los salarios más lenta va a ser la recuperación del empleo".
A lo largo de 2016, el poder adquisitivo de los trabajadores uruguayos dio un salto de 3,28 por ciento y enlazó 13 resultados anuales positivos.
Para el secretario general de la central única de trabajadores, el PIT-CNT, Marcelo Abdala, la desmejora a nivel del empleo no responde a los incrementos salariales, una posición que se alinea con la del gobierno del presidente Tabaré Vázquez.
"Siempre hay preocupación por el desempleo, así sea un solo trabajador el que no tenga trabajo", dijo Abdala. En ese sentido, destacó que "la productividad como promedio ha crecido más que los salarios".
A juicio de la ministra de Industria, Carolina Cosse, el sector industrial debe adaptarse a las nuevas realidades porque, de lo contrario, su recuperación será difícil. "Hay que prepararse para la industria del futuro", reflexionó, y aclaró que la carga salarial no implica un costo excesivo para esa actividad.
"El salario es la herramienta que tienen las democracias para distribuir riqueza. El aumento del salario real es lo que hemos construido para que la riqueza se distribuya mejor y a eso no se puede renunciar", defendió la jerarca.
En 2016, la tasa de desempleo promedio fue de 7,8 por ciento, 0,3 puntos porcentuales más que el año anterior (7,5).