La salida de Estados Unidos puede acelerar el cambio de la matriz energética mundial |
El presidente estadounidense Donald Trump anunció su decisión de retirar a Estados Unidos del histórico Acuerdo de París sobre el cambio climático. [Foto: Agencias]
Por Wang Xuedong
Beijing, 08/06/2017 (El Pueblo en Línea) -El 1 de junio, el presidente Donald Trump retiró a los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Su decisión, aunque esperada, aumentó las preocupaciones mundiales. El Partido Republicano se opuso y opone al Acuerdo de París sobre el cambio climático y Trump lo había criticado durante su campaña presidencial.
Y puesto que la retirada de los EE.UU. podría no afectar tanto el acuerdo como algunos temen, ya que su aplicación es bastante flexible, no hay que sobrevalorar la decisión de Trump. Lo importante y realista es que el Congreso de Estados Unidos ratificó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que tiene fuerza vinculante. Como parte de la convención, EE.UU. está legalmente obligado a enviar representantes a las conferencias anuales de la ONU.
Además, el gobierno federal de Estados Unidos no puede evitar que sus estados federales decidan formar parte de la lucha mundial contra el cambio climático. Y esas puntuales decisiones –a contracorriente del gobierno central- pueden desempeñar un papel más constructivo en la intensificación de la necesaria lucha.
Algunos países europeos que abogan por las nuevas fuentes de energía y la reducción de las emisiones de carbono podrían estar molestos con Trump, aunque deberían haberse preparado para asistir al cumplimiento de su promesa.
Es obvio que Trump sigue un principio dogmático y que su administración ha renunciado a la filosofía del "poder blando" que Barack Obama abrazó. Sin embargo, no se puede decir que por este tipo de decisiones, EE.UU. renunciará a su liderazgo mundial ni que su retirada del acuerdo climático pondrá en peligro su capacidad de hilvanar los resortes del llamado “poder blando”. Cuatro u ocho años más tarde, cuando un nuevo presidente de Estados Unidos asuma el cargo y cambie de filosofía, el país podría ejercer un “poder blando” más fuerte aún.
El efecto real de la retirada los EE.UU. radica en que puede frenar el ritmo de cambio de la economía de Estados Unidos hacia las nuevas energías limpias y el uso de nuevas fuentes energéticas.
Este escenario ofrece una buena oportunidad para China y otros países para acelerar sus transformaciones dentro del sector energético.
El autor es investigador titular de estudios estadounidenses en la Universidad Sun Yat-sen e investigador invitado del Centro Chino para la Globalización.