Cubanos preservan en Sierra Maestra legado de Fidel Castro

Actualizado a las 15/06/2017 - 09:25

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Por Raúl Menchaca

LA PLATA, Cuba, 14 jun (Xinhua) -- La Sierra Maestra en Cuba tiene un color escandalosamente atractivo que recorre todas las tonalidades del verde y que hoy en día, casi medio siglo después, resguarda el escenario de las principales luchas de la guerrilla que encabezó Fidel Castro.

Muy lejos de La Habana, a más de 900 kilómetros, el Comandante guerrillero estableció su Comandancia en La Plata, un intrincado sitio de la cordillera que se extiende de este a oeste en el oriente de la isla, una región de tradicionales luchas revolucionarias.

A 950 metros de altura se conserva la Comandancia, desde donde Castro dirigió a las maltrechas tropas revolucionarias que apenas en 23 meses derrotaron al bien armado Ejército del dictador Fulgencio Batista y entraron en la capital cubana el 1 de enero de 1959.

Ese cuartel general fue construido en mayo de 1958 con la colaboración de los campesinos de la zona, y se edificó de forma tal que todas las construcciones de madera y techo de guano se integraron al monte para no ser detectadas por la aviación enemiga.

Todo se erigió sin talar un árbol, ni nivelar el terreno, aprovechando los desniveles de la falda de la montaña, donde además Celia Sánchez (1920-1980), la principal ayudante de Castro, sembró mantos de flores y de arbustos.

Después de subir y bajar varias lomas, en un terreno agreste e inhóspito se descubren las 18 edificaciones rústicas que conforman la Comandancia, y que incluyó un hospital, un polvorín, una tienda, la sede de Radio Rebelde y una cocina general, entre otras instalaciones.

El sencillo bohío que habitó el líder rebelde, está construido sobre pilotes de madera que descansan sobre una piedra de gran tamaño y sólo tiene dos habitaciones, una con una cama camera, una silla y una pequeña estantería, y la otra con un refrigerador de queroseno, una mesa y un banco.

Como estaban en una situación de guerra, Castro en realidad lo que más hacía era pernoctar en ese sitio, aunque desde ahí salieron las principales directivas a los jefes guerrilleros.

"Este lugar nunca fue descubierto por las tropas de Batista, y una de las cosas fundamentales fue que el campesinado de la zona nunca delató la posición exacta de la Comandancia de La Plata", afirmó a Xinhua, Luis Angel Segura, un hombre que desde hace 12 años se dedica a la preservación del lugar.

A Segura, de 64 años, se le humedecen los ojos cuando habla de Fidel Castro por quien guarda una especial veneración.

"Hoy el legado de Fidel se ve en la educación, en la electricidad, que nada de eso existía entonces", enumeró el campesino, quien recordó además las malas condiciones sociales existentes en la Sierra Maestra.

En similares términos se expresó otro humilde campesino, Roberto Vázquez, quien también colabora en el mantenimiento de la Comandancia de La Plata como sitio histórico y de atractivo turístico.

"El legado del Comandante es hoy un compromiso con él, con la historia, con todos los que fueron capaces de hacer que hoy en día nosotros pudiéramos tener muchas cosas que antes no hubiéramos alcanzado, si no hubiera sido por esta Revolución", dijo con convicción.

Allí, entre el verde deslumbrante de las montañas y el trino permanente de las aves, radicó la máxima dirección de la Revolución Cubana hasta los meses finales de la guerra.

Las instalaciones sirvieron de abrigo a las más importantes figuras del Ejército Rebelde, así como a infinidad de soldados y colaboradores de la guerrilla.

Cuidada con celo hoy en día por los campesinos, la Comandancia fue declarada Monumento Nacional desde 1978 y forma parte del Gran Parque Nacional Turquino, pero sobre todo es una evidencia de la herencia revolucionaria de Fidel Castro a los cubanos.