Barbara le cambia la ropa a sus dos hijas. [Foto: ln.people.cn]
Sin embargo, nunca renunció a su sueño de llegar a ser diseñadora de ropa. Por eso, se trajo a China un armario que tiene más de cien años y otras muchas cosas antiguas como la máquina de coser de su abuela y un par de tijeras casi centenarias.
"Una buena madre y el jefe", la define su hijo de 13 años.
Tener tres hijos fue la razón que la inclinó a diseñar ropa para niños.
"Cuando llegué a China, no encontraba ropa hermosa o cómoda para los niños", confiesa.