BEIJING, 22 ago (Xinhua) -- Olivier Dubroeucq lee literatura china clásica para entender mejor la cultura del país, relajarse y encontrar la paz interior. La mayor parte del tiempo la pasa ocupado en "grandes causas" como motorizar un avión jumbo para el despegue.
Este francés tiene sobrados motivos para el entusiasmo y uno no menor es el estreno mundial del motor LEAP-1C, que recientemente impulsó al primer avión de pasajeros de gran tamaño de fabricación china, el C919, en su vuelo inaugural.
"Estoy emocionado y muy orgulloso. De Safran, por ser socio de COMAC. De mis colegas y de mí mismo. Me honra mucho crecer con la industria china de la aviación y despegar juntos", exclama Dubroeucq, vicepresidente ejecutivo del programa COMAC & AVIC de Safran.
COMAC es el acrónimo en inglés de la Corporación de la Aviación Comercial de China, fabricante del C919. Safran es uno de los líderes del sector de los motores y equipos de aviación y suministra los motores LEAP-1C y el carenado de la aeronave a través de CFM International, una sociedad mixta al 50 por ciento entre Safran Aircraft Engines y General Electric.
"Estamos ante un nuevo gigante de la industria mundial de la aviación. China avanza a pasos agigantados como el del exitoso vuelo inaugural del C919", opina el galo.
OPORTUNIDADES VALIOSAS
El vuelo inaugural, que se realizó el 5 de mayo, fue un test crucial para el avión C919 y su sistema propulsor.
Dubroeucq y su equipo fueron invitados al acto, que se desarrolló en el Aeropuerto Internacional de Pudong de Shanghai.
"China dio muestra de su búsqueda independiente del dominio de las tecnologías clave de los grandes aviones de pasajeros. También ha generado oportunidades valiosas para la aviación global", aseguró.
En la investigación y desarrollo del C919 participaron más de 200 empresas de 22 provincias y ciudades de China. Además, 16 compañías líderes de la aviación internacional fueron elegidas como suministradoras de los sistemas de vuelo, para lo que se formaron 16 empresas mixtas.
La "familia de motores LEAP" integra la tecnología punta de las filiales de Safran y el gigante global General Electric. Forman parte de ella el LEAP-1A que monta el Airbus A320neo, el LEAP-1B del Boeing 737 max y el LEAP 1-C que emplea COMAC.
Los tres tienen similitudes en cuanto a rendimiento y componentes, estando la diferencia principal en la interfaz eléctrica y mecánica y el aspecto del motor, que se adapta al diseño de la nave.
"El LEAP-1C tiene un rendimiento ambiental excelente y reduce considerablemente el consumo, las emisiones de gases y el ruido, lo que permite al C919 competir con los demás modelos de la familia", señala.
OJOS EN LO ALTO
La primavera de 2017 será recordada como el momento en que China finalmente logró el desarrollo de manera autónoma de un avión de pasajeros de gran capacidad, reflejando su determinación para dominar las tecnologías claves para alcanzar el estatus de potencia en desarrollo.
Para Dubrouecq, fue un gran honor empezar a trabajar con China en 2014, participando directamente en el desarrollo del C919 como director del programa de sistema de propulsión integrado.
"Me gusta hacer cosas intrincadas y difíciles. Cuanto más difíciles, más se estimula mi potencial", asegura.
"Desarrollar un motor de este tipo para un nuevo tipo de aeronave recién creada es una de ellas, la otra es aprender chino", añade.
Él enseña una copia de El Gran Saber, un clásico de Confucio sobre el gobierno, y lo recita palabra a palabra. Los clásicos chinos le "iluminan y calman" durante los apretados horarios y viajes de trabajo.
"Los caracteres chinos son tan complicados y difíciles, y son similares a un motor aéreo. Cuanto más aprendes, más feliz y orgulloso te sientes", agrega.
El proyecto C919 ha necesitado nueve años, pero ha ayudado a acelerar la industria global de la aviación.
El motor LEAP-1C y la góndola, por ejemplo, son diseños innovadores que son más ligeros y fáciles de mantener que los actuales sistemas de propulsión.
"La innovación también reside en la adopción de sistemas de propulsión integrados, que incluye el motor, la góndola y todos los módulos relacionados", explica.
El vuelo inaugural del C919 también marcó el lanzamiento de un empuje inverso diseñado por Safran Nacelles. Este aparato reduce el peso del avión, mejora la eficiencia del inversor de impulso y facilita el mantenimiento.
COMPARTIENDO EL FUTURO
Dubrouecq apunta que el equipo de Safran tiene puesto su objetivo en aviones más complejos y grandes que pueden ser desarrollados conjuntamente por China y Rusia.
"Un diseño competitivo y las tecnologías son solo el inicio. El mayor desafío reside en ganar la confianza del mercado a partir de una operación segura, confiable y eficiente", describe.
Él añade que si el C919 compite con Airbus y Boeing, debe estar en el mismo nivel de tecnología. "Es exactamente lo que hizo COMAC al elegir a Motores LEAP. Ellos están en el camino correcto", destaca.
A su entender, el C919 está afrontando grandes retos: el tiempo de su lanzamiento al mercado, su desempeño operativo y confiabilidad, así como una imagen de marca orientada a los clientes.
"El tiempo nos dará la confianza y confiabilidad. Safran ganó una reputación global en una centuria, y nos gustaría compartir nuestra experiencia con China", apunta.
China es el segundo mercado más grande del mundo y está creciendo rápido, y Safran está deseando fortalecer la cooperación con la industria de la aviación en China a través de empresas conjuntas y subcontratación de producción con los principales socios de la industria de la aviación china.
"No estamos trabajando a corto plazo en China. El mercado está aquí y nosotros estamos aquí. Todo lo hemos hecho es para pavimentar el camino con el objetivo de compartir el futuro", concluye.