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Jóvenes colombianos dicen "no" a la violencia con el pimpón chino

BEIJING, 27 oct (Xinhua) -- China es sinónimo de pimpón, por eso para los amantes de esta disciplina, tener la oportunidad de ver en vivo a un chino jugándolo, o, aún más, de recibir algunos consejos e indicaciones de su parte, puede ser todo un sueño, incluso una utopía.

Pero tener la oportunidad de viajar a China, ser entrenado por los técnicos que forman a las grandes glorias del pimpón del país asiático, y practicar con quienes muy seguramente en algunos años ocuparán los primeros lugares del escalafón mundial, tal vez no llegaría siquiera a pasar por la mente del más optimista.

Sin embargo, esa es justamente la experiencia que por estos días están viviendo 14 jóvenes promesas colombianas del tenis de mesa, quienes gracias a un programa de colaboración entre los ministerios de Relaciones Exteriores de los dos países y la Federación Colombiana de Tenis de Mesa, llegaron a Beijing el pasado 20 de octubre para codearse durante ocho días con quienes desde hace décadas son los reyes globales del pimpón.

Los jugadores, siete mujeres y siete hombres, forman parte de la Escuela Colombo-China de Tenis de Mesa de Vista Hermosa, una localidad de 25.000 habitantes ubicada en el departamento (provincia) oriental de Meta, y fueron seleccionados para un curso intensivo en la Universidad de Deportes de Beijing.

No obstante, el objetivo del programa, más que formar futuros campeones, busca fomentar en los jóvenes la responsabilidad y el amor por el deporte como mecanismo para protegerlos y alejarlos de la violencia. De hecho, según Juan Manuel Escobar, asesor de deportes de la cancillería colombiana, Vista Hermosa fue seleccionada como sede de la escuela debido a que ha sido afectada por la violencia y la mayoría de su población es considerada vulnerable, ante el riesgo de reclutamiento forzado por parte de grupos al margen de la ley.

En el marco del viaje, los deportistas han experimentado la cooperación diplomática entre los dos países. Antes de partir de Bogotá fueron agasajados por el embajador de China en Colombia, Li Nianping, y en medio de su apretada agenda pekinesa visitaron la embajada de su país en Beijing.

Allí, el jefe de la misión, Óscar Rueda, les pidió dimensionar lo que significa la experiencia que están viviendo y sacarle el máximo provecho. "Viajar nos permite aprender a aceptar las diferencias y la diversidad, aprender a tolerar", dijo el diplomático, quien también les invitó a ampliar sus horizontes, e incluir en ellos a China, "el país del futuro".

"En Colombia estamos acostumbrados a mirar hacia Estados Unidos, por su cercanía y su desarrollo, pero el mundo cambia y China está ejerciendo una posición de liderazgo", señaló. "Cuando estén definiendo qué van a hacer con su vida, cuál será su plan de vida, piensen en China", les sugirió el embajador.

Contrario a lo que se pudiera pensar debido a su corta edad (entre 13 y 17 años), los jovencitos deslumbraron a los asistentes al encuentro en la embajada con la madurez de sus intervenciones.

"Este es un viaje muy significativo, es un compromiso muy importante, y también es una experiencia muy bonita que me ha dado mi disciplina", dijo Sara Olarte.

Otros, como Juan José Toro y Daniel Olarte, se declararon sorprendidos con China, y aseguraron que la experiencia les está sirviendo "para abrir horizontes y buscar oportunidades".

A su vez, Flor Adiela Espinosa se refirió a la impresión que le causó el uso de las tarjetas inteligentes, generalizado en China pero que en Colombia, y especialmente en regiones apartadas, como Vista Hermosa, es aún poco conocido. La joven tenismesista también destacó la conciencia ambiental de los chinos. "Todas las calles están arborizadas, y tienen flores y jardines, por eso le agradezco a China por estar teniendo en cuenta al planeta", manifestó.

Además de las actividades deportivas, el viaje también tiene un componente cultural, que incluye clases de chino y visitas a los lugares turísticos más representativos de la capital china, como la Gran Muralla, el Palacio de Verano y la Ciudad Prohibida.

Adicionalmente, tuvieron un encuentro con estudiantes de la Escuela Secundaria Dayu, una de las ya muchas donde se enseña el español en Beijing. Allí dialogaron con las directivas y los alumnos, bailaron joropo, una danza tradicional de Meta, y presenciaron una muestra artística preparada por la escuela, que también incluyó bailes típicos. Como es lógico, jugaron pimpón contra varios alumnos, e incluso el entrenador que viaja con el grupo, Diego Colmenares, se midió ante uno de los maestros del centro educativo.

Tras regresar de China, los jóvenes, quienes fueron seleccionados con base en su rendimiento académico, su compromiso con el deporte y su capacidad de liderazgo, deberán elaborar trabajos para enterar al mayor número posible de personas de su comunidad de las experiencias adquiridas en el viaje, "con el fin de difundir la idea de que ser responsable y ser dedicado vale la pena", explicó Escobar.

"Por supuesto, llevar a estos chicos por el mundo también es una forma de mostrar una Colombia diferente, un país que a pesar del conflicto que vivió y de las condiciones difíciles de algunas de sus regiones, tiene una juventud sana que quiere salir adelante", apuntó el funcionario.

La actividad es la segunda de su tipo después de la realizada en 2013, también con jóvenes de Vista Hermosa.