KANDAHAR, Afganistán, 26 oct (Xinhua) -- La guerra prolongada y la violencia actual en Afganistán no sólo han privado a gran cantidad de gente, en particular a las mujeres, de educación, sino que también han creado una pobreza generalizada y adversidad entre las familias que han perdido a quienes eran su sostén.
Una gran cantidad de mujeres que perdieron a sus maridos, hijos u otros proveedores a causa de los insurgentes en Afganistán no tienen más opción que esperar desde el amanecer hasta el crepúsculo por las calles de muchas ciudades afganas, en particular en la provincia sureña de Kandahar, para vender su ropa y así mantener a sus familias.
En el bazar Shekarpur, un vecindario en el Distrito Policial 3 de la capital provincial, Kandahar, varias mujeres indigentes, algunas ataviadas con la tradicional burka completa, se forman a lo largo de la calle para vender su ropa vieja y de segunda mano.
Una madre de seis niños pequeños y residente del Distrito Policial 3 de la ciudad de Kandahar, Zahra, de 54 años de edad, quien perdió a su esposo en el conflicto, es parte de las mujeres que trata de sobrevivir con la venta de vestidos diversos a lo largo de la calle.
"Mi esposo era oficial de policía y murió en una batalla hace unos años. Tengo que vender ropa vieja para mantener a mis huérfanos", comentó Zahra, quien culpa al gobierno de no haber hecho nada tangible para apoyarlos.
En la misma área, una madre de un policía muerto, Shukria de 70 años de edad, quien dice que sólo cuenta con una casa derruida para vivir, es otro ejemplo de las mujeres pobres que esperan compradores.
"Tengo que trabajar arduamente durante el clima caluroso y frío para hallar algo que comer y beber, pues mi hijo murió defendiendo a su país", dijo Shukria, quien suplica al gobierno afgano que la ayude a escapar de esa vida miserable.
Al confirmar los desafíos alarmantes que enfrentan algunas mujeres en Kandahar, la presidenta de Asuntos de Mujeres de la provincia, Ruqia Asakzai, dijo a Xinhua que su oficina a menudo les ha ofrecido ayuda, pero que no tiene planes para considerar un lugar especial para que las vendedoras trabajen.
Aunque el estatus de las mujeres ha mejorado ampliamente en Afganistán desde la caída del régimen Talibán a fines de 2001, sufren diversos problemas y violencia, principalmente en el área rural.
Muchas ven con esperanza a tres mujeres que se han desempeñado como ministras en el país, y a 68 mujeres, de un total de 249 legisladores en la cámara baja, para que formulen soluciones legislativas que protejan y promuevan a los miembros más vulnerables de la sociedad de Afganistán.