GINEBRA, 22 ene (Xinhua) -- Los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED) disminuyeron 16 por ciento en 2017 para ubicarse en 1,52 billones de dólares, en comparación con los 1,81 billones de dólares de 2016, informó hoy la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Unctad publicó su Informe sobre las Inversiones en el Mundo y afirmó que los resultados fueron sorprendentes en vista de otros indicadores económicos positivos.
"La recuperación de la IED seguirá enfrentando obstáculos", dijo el secretario general de Unctad, Mukhisa Kituyi. "Aunque la IED en los países en desarrollo se mantuvo en niveles similares al año anterior, todavía se necesita con apremio mayor inversión en sectores que puedan contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible".
El desplome de 27 por ciento en los flujos de IED hacia los países desarrollados fue el principal factor detrás de la disminución mundial con una caída de las inversiones del 32 por ciento en Estados Unidos y el 90 por ciento en Reino Unido.
Este declive fue aliviado por un crecimiento de 11 por ciento en los flujos hacia otras economías desarrolladas, principalmente Australia.
Asia fue la región que recibió mayor IED, dijo James Zhan, director de la división de inversión de Unctad, y señaló que los flujos hacia China alcanzaron una cifra récord.
"La disminución de los flujos globales de IED contrasta agudamente con otras variables macroeconómicas, como el crecimiento del comercio y del producto interno bruto (PIB), los cuales mejoraron de forma significativa en 2017", dijo Zhan en un informe en la ONU.
Los flujos aumentaron ligeramente hacia los países en desarrollo de Asia y América Latina y el Caribe, y se mantuvieron fijos en Africa. Los países asiáticos en desarrollo mantuvieron su posición como mayores receptores de IED en el mundo, seguidos de la Unión Europea y América del Norte.
En las economías en transición, la IED disminuyó 17 por ciento para ubicarse en cerca de 55.000 millones de dólares, principalmente por la caída en Rusia y por los flujos modestos en la mayoría de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).