Por Victoria Argüello
BUENOS AIRES, 5 feb (Xinhua) -- El interés del secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, de consensuar junto a gobiernos de América Latina modos de incrementar la presión contra Venezuela, refleja el ascenso de una retórica mucho más "agresiva y violenta" contra ese país, apuntan expertos.
Tillerson se reunió hoy con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, en el contexto de una gira por cinco países de la región iniciada el pasado 1° de febrero, y el domingo sostuvo una extendida cita con el canciller Jorge Faurie, con quien habló sobre la posibilidad de sancionar la venta de crudo venezolano en Estados Unidos.
El nuevo tono de la prédica norteamericana parece encauzar a Estados Unidos a una visión más violenta sobre Venezuela, afinan los analistas, la cual incluso no descarta un "golpe de Estado" proveniente del ala militar, o una asfixia a su economía.
De concretarse un eventual acuerdo para limitar o anular la comercialización de crudo o productos refinados venezolanos a Estados Unidos u otros países de la región, se estaría atacando a su principal rubro de exportación en un contexto en que Caracas sufre una importante reducción en su capacidad productiva.
Para el analista argentino, Hugo Calello, con este tipo de acciones la administración del presidente norteamericano, Donald Trump "pone en el tapete la verdadera caracterología del poder de los Estados Unidos tanto interna como externa", que es, a su juicio, "un nacionalismo vernáculo con rasgos autoritarios y violentos".
"Trump presenta la expresión de un nacionalismo, de un autoritarismo político sin máscaras que forma parte del imaginario norteamericano que está entrelazado con la historicidad de sus violencias", apuntó el Doctor en Filosofía en entrevista con Xinhua.
El también profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) indicó que no hay duda de que el primer consenso que requiere Tillerson durante esta gira por México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica, es contra Venezuela y el propósito de "neutralizar" una eventual expansión de gobiernos como éste y el de Cuba.
"Todas esas son expresiones de un poder hacia afuera, que no puede aspirar a lograr la hegemonía latinoamericana en la medida en que su resonancia es muy negativa, sobre todo con respecto a México, por el desprecio que ha manifestado a los países considerándolos subalternos", acotó.
Al ser consultado sobre el porqué de la elección de Tillerson de estos cinco países para su gira, muy parecida a la efectuada por el vicepresidente, Mike Pence, en agosto de 2017, Calello indicó que Washington ve en algunos de estos gobiernos una suerte de "aliados" para endurecer su accionar contra Caracas.
"La administración política de Estados Unidos ve en Argentina un país aliado y le interesa que (el presidente Mauricio) Macri mantenga el país ordenado, y lo mantenga en una situación de crítica" hacia Venezuela, refiere, al tiempo de indicar que Colombia es por su parte "un Estado clave para mantener el control sobre Venezuela", señaló.
Por su parte, el gobierno de Perú que oficiará la 8° Cumbre de las Américas los próximos días 13 y 14 de abril manifestó hoy, a través de su canciller, Cayetana Aljovín, que la presencia del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la cita se evaluará "detenidamente".
Cuatro de los cinco países que visita Tillerson, a excepción de Jamaica, forman parte del denominado "Grupo de Lima", integrado por 12 naciones en su mayoría latinoamericanas, que son acérrimamente críticas a la administración de Maduro y afines a la aplicación de sanciones.
Aunque Brasil conforma este grupo, hoy el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Aloysio Nunes, criticó al secretario norteamericano de Estado por referir la posibilidad de una sublevación militar de las Fuerzas Armadas venezolanas en contra del mandatario.
"Es un régimen destinado a cambiar, pero solamente puede cambiar mediante el pueblo venezolano, no seremos los de afuera los que hagamos eso", apuntó el canciller luego de que Tillerson insinuara un levantamiento de este sector.
Al respecto, el periodista y sociólogo argentino, Pedro Brieger, asegura que no es la primera vez que el gobierno estadounidense insinúe una sublevación armada contra el gobierno de Caracas.
En junio de 2017, el presidente Maduro denunció presuntos intentos de la oposición local reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de "captar" con anuencia de Washington a integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
En versión de Brieger, el "Grupo de Lima", que además tendrá una importante presencia en la 8° Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA), sería parte de esa prédica más violenta de Estados Unidos contra Venezuela.
"El Grupo de Lima lo manifiesta abiertamente, rechaza el proceso electoral (presidencial), rechaza a la Asamblea Nacional Constituyente, hay un sector de los gobiernos latinoamericanos que son parte del intento de aislar a Venezuela y de asfixiarla económicamente", comentó en entrevista con Xinhua.
Para ambos analistas, a pesar del recrudecimiento de la prédica norteamericana contra el país, la presión no tendrá calada si avanza en buenos términos el diálogo político entre la oposición y el gobierno, y sobre todo si se concretan en paz las elecciones presidenciales planteadas para el primer cuatrimestre de este año.